jueves, 1 de diciembre de 2022

La amiga que nunca tuviste


Revisando las hojas de una vieja agenda, pude encontrar tu nombre escrito hace mucho tiempo. ¿Recuerdas cuando te conocí? Tú si sabías esconderte y si acaso quisieras verme hoy, ¿Podrías saber si soy yo? Para nadie fue un secreto que te marchaste al otro país sin decir nada y para mi solamente fue una ausencia larga y llena de sorpresas. Era un viaje que se prestó a varios comentarios, algunos buenos y otros inoportunos de la gente que te juzgó de indiferente porque tal vez, no te conocía. 

Yo pensaba, que el tiempo te habría cambiado, pero nada que ver, tu vida transcurrió de fracaso en fracaso por tu asimilación equívoca a una cultura diferente. Pero fue anecdótico cuando nos encontramos en aquella tarde cuando almorzamos en el histórico distrito de Barranco. Recordamos la vida y los milagros de todos nuestros amigos. Tú hablabas de conocer mucho a uno de mis entrañables compañeros más ¡Oh desilusión! Terrible fue lo que de él me contaste y no era justo tampoco que la comparación que hiciste conmigo, haya sido inesperada pero como mucho, me eché a reír.

Entre vinos y mariscos, hablamos de todo. Sin embargo, la verdad era que yo adiviné entre otras cosas, que luego de la celebración, nos íbamos a ver de nuevo para la gran despedida. Nos dijimos adiós y estuve preocupado porque  olvidé el momento en que me advertiste que en ese mes, lo tenias muy corto de días pues tu boleto de avión, lo tenías reservado. Pero te marchaste otra vez sin decir nada. Ni tan solo tuve una llamada del adiós necesario. 

Pasado algo de tiempo, la vida nos juntó otra vez en una charla virtual. Fue así que observé de que tus ideas eran trilladas y sin sustento. Te lo tuve que decir porque ya me conocías de sincero pero otra vez te enojaste como en nuestro pasado combativo porque me invitaste  "diplomáticamente" a buscar otras bobadas. ¡Quién te conociera! Me entró el indio o se me subió el apellido como lo quieras llamar y tres cuartas más arriba de mis frías palabras, te escandalizaron tremendamente. Impensable fue la hora que tuve de ti tantos desengaños porque rompiste los lazos amicales de muchos años por algo que era sin importancia. Pero eso sucedió y hoy lo recuerdo. Esas semillas del pasado, ahora son los frutos del presente porque ellas no germinaron ni en buena tierra, ni en los plantones de la tía Elena. 

Pienso finalmente, que esas diferencias y emociones, siempre tienen sus momentos de debate o impaciencia porque aquellas ideas terminan sin rencores para conservar una buena respuesta. Aunque las mentes simples no pueden entenderlo, eso es sabido porque las más educadas suelen tener mejores propuestas para no terminar después en un disparate. Mi conciencia en ese momento, solamente inquirió en hacerme muchas preguntas. ¿Por qué? Porque los pensamientos educados nunca te preguntarán dónde naciste, pero algunos que no lo son, te recordarán con palabras inflamadas y ordinarias, que te olvides de esa "amiga que nunca tuviste", como si fuera un infortunio. ¡Cómo has cambiado señora!

Roque Puell López Lavalle

No hay comentarios:

Publicar un comentario