Mi testigo hoy será la noche oscura
¿Por qué el viento silba y crece?
Ah, es por el frío de la montaña
y también por la flora en el campo
que ahora luce cabizbaja…
II
En el silencio de las sombras,
existe un gran misterio
por las palabras que no se dijeron
o por tu sonrisa que vi sin esperanza
y que se perdió en un laberinto…
III
Vino la soledad que llegó a mi alma
porque no tengo tu dulce alegría
pero quiero verte para reírnos juntos
y volar en las brisas del viento…
¿Por qué no vienes conmigo?
IV
Más creo que inútil será mi especial sueño
y vano también será mi querer sentido
porque me di cuenta que no me quieres
y tampoco lo deseas…
V
Tonto soy ahora, que todavía te amo
y sin qué ni qué yo me ilusiono
como si fuera un niño
o un león herido
VI
Aun así, en mi árido destierro, pensé en ti
casi haciéndome las mismas preguntas
pero con las mismas respuestas
con tristeza en mi corazón
y el perder de mis anhelos
VII
Y en tu adiós quebrado y sincero
me despido sin las bobas palabras
que en esta ocasión se dicen.
Porque sintiendo la noche aciaga
yo también te extraño…
Roque Puell López Lavalle