sábado, 28 de septiembre de 2019

Corazón resentido


Salías a mirar por la ventana a cada momento, estabas inquieta pero al final, no viste nada ¿Tal vez estabas buscando la felicidad perfecta? No. Pero quieres encontrar el motivo de tu ansiada libertad y de tu profundo desahogo. Aquella vez que sonreíste, pensaba que habías encontrado una esperanza pero yo soñaba que quizá, nos quedaríamos para siempre…

Pero no fue así, sé que un amor como el tuyo, tan lejano de cariño y de palabras, es hoy un rencor que guardaste siempre convenciéndome ahora que tú, nunca podrás vencerlo. Quizá fueron los reproches de tu conciencia o de repente eran los míos por mi ignorancia al hablarte, pero olvidaste que los prejuicios también son sembrados y saben crecer...  

Hace un momento, no sabía el por qué te recordaba. Anhelaba tus caricias cuando al fin pareciera que lo nuestro se había reconciliado. Aquellas miradas que te regalaba, parecían reír con nosotros y eran también testigos del misterioso pacto de nuestro gran amor. Era tan extraordinario como el crecer de nuestra dicha donde se mostraban los colores de una nueva emoción... 

Sin embargo, salieron tus palabras guardadas en secreto, como el ático secreto de algunas  casonas.  Aquellas fueron las que atesoraste en tu seno y que ahora serían mi martirio. La diferencia es que hoy no supiste controlarlas y aunque intenté convencerte de lo contrario, solamente era para decirte que todavía te amaba…

Pero ahora te vas porque quieres, eso ya no importa, te entiendo y no te detengo más. Hacía mucho que te marchabas y quizá, no me quise dar cuenta. Hoy ya no quedan dudas para retenerte.  De repente encontrarás lo que antes anhelabas en ese mundo, el de las vanas ilusiones por cierto. Seguramente para que te sientas segura y engreída ¿No es verdad? 

Yo perderé al final tu amor que vivió conmigo con mucha intensidad en mis buenos tiempos y pienso que  también lo recordaré en los días malos. Sin embargo, advierto que en ese instante, yo tendré al igual que tú, un pensamiento vago y distante, un deseo ajeno, profano o quizás también, un corazón resentido…

Roque Puell López Lavalle