¿Por qué estás así hija mía? Preocupado estoy por tu mirada triste y tu ánimo desatendido. Es que tienes un problema, algo te pasa y yo te conozco mi hija bella. ¿Problemas del corazón? ¡Quién no los ha tenido! Sólo que tan niña y sin embargo, no eres la excepción. Yo tampoco me escapé y en este mundo incierto, todo puede suceder. El corazón no se da a nadie, se da el querer sencillo de un día a la vez. No confundas amor con entrega que para eso hay tiempo, siembra el futuro con promesas, sueña con los planes que aún no puedes ver. No mires la carita todo el tiempo, se acaba con los años pero el amor verdadero se queda para siempre y se hace fuerte como el viento, ése mismo que no puedes ver. No es el dinero lo más importante, dale siempre otro lugar, más vale el pan duro con amor que el banquete de manjares donde hay odio y frustración. Habla francamente de lo que te guste y de lo que no. No prorrumpas palabras ociosas, mejor di la verdad, pero cuidadosamente, no vayas a afrentar. Frena tu ímpetu y no destruyas el alma de tu compañero, perderías al instante y no te lamente después desconsolada, cuando no encuentres solución.
Pero por sobre todo hija mía, ama a Dios con todas tus fuerzas, guarda sus mandatos y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Mostrará tu derecho como el medio día y no dudes que su amor nunca te dejará. Te pondrá en lo alto siempre y así te ha de premiar. Estudia mucho ahora y hazte luego una profesión, mucho hay que recorrer pero no pienses más con la pasión. No llores hija mía, tan sólo eres una niña que ya piensas como mujer. Ven con tu pá que te ama y te comprende y que a su pecho te puedes consolar. Yo estaré contigo pero prométeme que me estás escuchando y de mis consejos podrás aprender. No te desanimes y lucha niña valiente que la batalla espera y grandes cosas has de conquistar. Blande tu espada que puedes derrotar todo lo que venga y sé que lo puedas lograr. Muéstrame de quién viene mi sangre, pues orgulloso ya está tu padre porque está seguro que grandes triunfos vas a alcanzar..
Roque Puell López Lavalle