domingo, 13 de septiembre de 2015

Aquí estoy



Al pasar por las montañas escabrosas de la costa teniendo como abismo el mismo mar, uno va observando el romper de las olas y la increíble soledad de sus playas. Ni un alma se asoma pero si ves la larga carretera sinuosa que va llena de camiones, algunos buses despintados, te quedas sin hablar.

Atrás quedaron los recuerdos donde la arena en una curva, hizo que el carro en que viajábamos se derrapara y nos casi estrellara en la saliente de una de estas montañas. Lo peor fue quizá caer finalmente en una hondonada de rocas, si no fuera por la habilidad de nuestro conductor.

Pero felizmente nada nos ocurrió pero si estuvimos varados mucho tiempo hasta que pasó un camión y el chofer nos ayudó con unas gruesas cadenas sacándonos del gran hoyo de arena donde nuestro auto estaba semi-enterrado. Luego llegamos por fin a nuestro lugar en aquella oportunidad pero con muchas horas de retraso. Eran los comienzos del mes de Marzo y en esos momentos, ni lo habría pensado...

Sin embargo, escuché una voz sigilosa que me decía...

“¿Ves tu destino?” - Me preguntó -

Todavía no y me parece que falta mucho todavía - contesté -

¿Por qué me preguntas si tú sabes lo que siento? - pregunté -

“Pues por lo mismo, porque tú no sabes ahora lo que encontrarás y según creo, eso te está preocupando....”.

Pues no –volví a insistir –

Salí con una convicción y un programa de trabajo donde imagino que podré salir adelante y por lo que yo sé, tú deberías ir dándome pistas de lo que podría encontrar...

Me sonrió y me dijo:

“Las decisiones que tomes, supone que decidas a conquistar lo que aún no encuentras y lo que aún no conoces. Nadie puede saber su destino si no lo visualiza primero y se encamina hacia él sin mirar atrás. Tú tienes la libertad de vivir así, yo no. Yo solamente te señalaré si me agrada o no lo que vea de acuerdo a las circunstancias que tú elegiste”.

Entonces, hubo un silencio...

Si tuviera que afrontar la vida por mil razones, gustoso me encargaría de ser el mejor para terminarlas. Ser sabio, es querer conquistarlas, ser necio, es abandonar la refriega y no luchar por ella. ¿Y todavía te atreves a decirme lo contrario?

“No te digo eso pero deberías pensar que todo no va a ser fácil y no caería mal un poco de humildad y no ser tan auto-suficiente”.

¿Otra vez? No es autosuficiencia sino que debo animarme yo mismo con la ayuda de Quien me dirige los pasos aunque el camino sea tedioso y falso.

“Entonces me voy – dijo finalmente mi conciencia – creo que ya no me necesitas, mejor duerme porque aún te falta mucho todavía”.

Y rápidamente se fue así como vino. Quise dormir después de esta charla bizantina. ¡¿Qué me importa?! - me dije mirando al vacío - Nadie puede entenderlo profundamente ¡Basta de cavilaciones! Me esperan gobernaciones, quizá reinos y sinnúmero de atenciones...

La voluntad se cumple entre los más ansiosos, de repente entre los pensamientos que la voluntad espera por el deseo intenso de cumplirla. La campiña me reclama, la fortuna todavía no me dice nada y sin embargo, las ilusiones me acosan ahora desde muy temprano. No se ha oscurecido mi afán, no se ha apocado mis ánimos de llegar aun ¿Quién podrá liberarme de mis más caros pensamientos?

De pronto, sin darme cuenta, veo sorprendido que una de mis ilusiones, la más cara, venía desde muy lejos. Era una silueta que iba apareciendo poco a poco, cuanto más se acercaba me parecía desconocida pero no, ahora, estaba frente a mi...

Tienes una personalidad definida, - me dijo -

Yo sorprendido, asentí con la cabeza...

Tímidamente me preguntó: "¿Me esperabas verdad?"

Entonces, abrí mis ojos y antes de proferir palabra, me miró fijamente y me retó diciendo:

"Aquí estoy ¿Qué harás ahora?"

Roque Puell López Lavalle