lunes, 26 de septiembre de 2022
Las flores amarillas
viernes, 23 de septiembre de 2022
Regresó el importante
Se viste de gala la
naturaleza, soplan los vientos, está de fiesta el firmamento, hoy ha acontecido
el milagro más grande, tu sonrisa volvió como antes, la felicidad te ha
visitado, ha regresado "el importante" para llevarte a sus palacios reales. No
sales de tu asombro, no pensabas que en el mundo del mañana todo resulta al
revés, lo que no pensabas se realizó, lo que no deseabas ahora lo tienes y si
das amor, se habrá pues, de multiplicar. ¿Por qué entonces, tienes así ese rostro? Te
había conocido a orillas del camino, en las hondonadas de los ríos y me gustaba
cuando le hablabas a los duendes y a los pajarillos silvestres. Buscabas un motivo para
enseñar tus recientes tesoros, algunos de plata, otros de jade y de turquesa,
más yo te ofrecía el oro de mi nobleza. Pero tú no necesitabas los metales, ni los
lienzos entre los grandes, solo querías un corazón sencillo entre los mortales.
Era difícil de creer y qué
complicado sería encontrarlo, hoy no se encuentran especímenes de esa rara
naturaleza porque hoy hay más rencillas, más candelas, más orgullosos que un
buen vino o quizá una rosa creída en el camino. Sin embargo, las muchas aguas no
podrán apagar la esperanza que tenías de encontrarlo. Te habías esforzado tanto
sin preguntar, que tu ánimo pronto, nunca cejó de perseverar. Entonces tu
abuelo Freder, antes de morir, te dejó alegre, un invaluable tesoro. Lo hizo después
de muchos viajes y de grandes esfuerzos hasta que por fin, él te había
encontrado. Y eras tú la indicada, la más inocente, la más ingenua, la de un
corazón noble pero en el fondo, una indomable guerrera. Así entonces, se fue
tranquilo dejando su mejor legado entre las más buscadas princesas, pero solo
había una que se hacía merecedora de tal deferencia.
Extraño fue que cuando
abriste el pequeño cofre, se encontraba una llave de oro que adjuntaba una pequeña
nota que decía: “Con esta llave tendrás
tu esperada felicidad, pero cuando la encuentres, ella te colmará de bien pero finalmente,
desaparecerá”. Extrañada quedaste, y pensaste: “¿Cómo sabré quién es mi felicidad
o que señal tendré de su llegada? Pasado el tiempo, muchos en el pueblo decían
que había alguien misterioso que vivía en las cumbres de las montañas, seguramente
por los quintos apurados de aquellas laderas. Su casa era una cabaña de madera, de
tejas rojas, sus animales eran la envidia de los moradores de aquella región y
sin embargo, todo eso no importaba pues en algún momento, habrían de salir los verdaderos
motivos de su razón. Pero él no te conocía, solo había oído de ti en la llanura de la quebrada y que solo sonreías a quien te lo pedía.
Entonces cuando el hombrecillo
llegó al pueblo, algo cansado y temeroso, preguntó: ¿Quién habría de mostrarme el
camino de regreso sin ser yo más que un inocente arriero que está ahora
perdido? Y tú al verlo, le respondiste con sencillez las maneras prontas de
encontrar el sendero que tanto buscaba. Él te escuchó y le atrajo tu espíritu y
tu corazón. Sus ojos le dijeron que posiblemente eras tú la que él había
escuchado hablar y decidió quedarse algunos días antes de partir. Pero pasó que
una mañana, algunos malos hombres quisieron borrar la alegría de tu corazón.
Intentaron robar tu inocencia a plena luz del día y sin razón. Tú te defendiste
y sin que nadie que escuchara tu clamor, luchabas hasta el final. Aquél hombre se enteró y sacó pronto su espada reluciente para defenderte, terminado así con
la afrenta. Cayeron uno a uno los granujas y entre los dos, pudieron llevarlos a
chirona.
Solo quedaron miradas, no
hubieron palabras y no bastó el agradecimiento, algo distinto nació en el
brillar de los ojos... ¿Acaso no se habían dado cuenta que eran el uno para el
otro? Y sucedió que te enamoraste tanto de tu salvador, como él de tu candor.
La clave de oro entonces, abrió la cerradura de su corazón y aquél legado
entonces, se cumplió. Pronto aquella herramienta, dada por el finado, por fin
no se pudo encontrar. Ya no era necesaria porque fueron felices y el amor triunfó.
Tu sonrisa regresó como antes y "el importante", te llevó a sus palacios reales. ¡¡Qué
tal encontrón!!
Roque Puell López Lavalle
sábado, 17 de septiembre de 2022
El juglar
Roque Puell López Lavalle
martes, 6 de septiembre de 2022
Añoranzas
Roque Puell López Lavalle