jueves, 7 de diciembre de 2017

Mil palabras





Mil palabras se dijeron con el sentimiento, en el silencio las dudas fueron las mentiras repartidas pero la verdad se quedó en el más fuerte. Mezcla del infierno y del cielo, en el fuego del odio y el desprecio, no se escuchó al consecuente y el amor acabó escondido  en el rincón de los pertrechos. Y todo aquello quedó en la confusión de la mente, en la complicidad con el limbo y en el no de los argumentos, en las raras ocasiones cuando apareció el momento..

Ahora las mil palabras no se han vuelto a escuchar, se han amordazado y se encuentran ahora perdidas en la eternidad. Se las llevó mi resentimiento y tu olvido dando lugar a la indiferencia que vivía así su mejor oportunidad. Será porque la desazón se ha prodigado tanto a voz en cuello, que las voces de la justicia ahora han sido confinadas a la mazmorra y a las galeras de la desilusión..

Pero la esperanza y la fe es lo último que se pierde, la justicia habría de llegar, no tarda, no duerme en el jardín de los invencibles. Y aunque se escuchen ejércitos ajenos, están llenas de poder y del salvaje deseo de vencer. Son como la venganza esperada del guerrero que quiere llegar a tiempo para con ella contender.. 

En esas circunstancias, el amor pudo salir recién de su escondrijo, olvidado por la oscuridad y el tiempo, estaba sucio y maltrecho con muchas heridas en la frente. Sin importarle, estaba listo para empezar de nuevo. Después de todo, al margen  de  las mil palabras y las mentiras del descaro, surgió la nueva verdad encontrada en los secretos de la humildad..

Ahora parecen amarse nuevamente y el cariño empezó a brotar. La ignorancia quedó atrás y el perdón empezó a reinar. ¿Sería posible conciliar? Hubo cosas que parecían no crecer nunca, no obstante, el amor sin tanto aspaviento y sin mucho verso, lo pudo lograr..

Roque Puell López Lavalle

Escuchar: https://www.youtube.com/watch?v=DSfTXsHQMOk

martes, 5 de diciembre de 2017

Las voces del mar


El tomate


¡Qué feliz estaba el tomate en la hacienda! ¡Colgado estaba él en una rama cantando como todo un artista! No había rayo, comba ni nada que lo entristeciera porque la vida le parecía corta por primera vez. Y por eso el jolgorio, las risas, los parabienes y los buenos amigos. Sin embargo, un día apareció una plaga misteriosa que a todos sorprendió pero a los demás, la pelona se los llevó consigo. Más la indigna, cortó al cantante en dos mitades dejándole solamente sus hojas y sus tres semillas: Una de ellas lo vio y por costumbre, cumplió su papel, la segunda le dio la bienvenida y la otra lo ignoró completamente...

Así pues corrieron las semanas y los meses quedando el tomate muy desconcertado y solo quedó en el Hospital por los pesares que las malas intenciones lo habían postrado. Pensativo inquirió sobre la vida y la muerte, se preguntó el cómo es que dos se fueron sin pena y sin gloria de este mundo cuando fueron los convidados a una cena sin final. ¡Qué momentos! Otros reían nerviosos por no saber lo que podría acontecerles o quizá lloraban ellos por su propia ingenuidad. 

Y al parecer, mientras él experimentaba estas cosas, ¡Los otros tomates dizques amigos ni se enteraron de su mal! Ninguno lo visitó pero alguien lo contempló verde, oscuro y pálido como estaba en ese momento, a comparación de lo rojizo que se encontraba en el verano...

Entonces, Dios se acordó de él y le plació infundirle aliento nuevamente cuando estaba casi muerto y sin color. Luego de despertar de su mal sueño, el tomate brilló nuevamente en cuerpo y alma entendiendo así su prometedor destino. Todo era tan diferente y lo que le pasó fue un gran propósito para su vida porque él sabía que en poco tiempo iba a mejorar. Después se tornó más sabio queriendo ser amable con casi todo el mundo. ¡¡Qué tal temperamento!!

Fue en esas circunstancias que exclamó:

                 “No importa lo que pasó en ese momento, esta vez me tocó a mí. Mañana le tocará el turno a la semilla y finalmente, a la plaga que no tuvo corazón ni medida”. 

Habiendo dicho eso, cerró súbitamente sus ojos y los doctores allí reunidos pensaron que el tomate había muerto. No obstante, ¡Oh sorpresa!  Los abrió pestañeando nuevamente para la emoción de todos los que estaban presentes. 

Sólo que esta oportunidad, el cantor apareció, mucho más bello y fornido...

Roque Puell López Lavalle

sábado, 2 de septiembre de 2017

Jean Baptiste Muirón






La batalla del Puente de Arcole tuvo lugar entre el 15 y 17 de Noviembre de 1796 en Arcole, provincia de Verona, noroeste de Italia. La batalla enfrentó a franceses, dirigidos por Napoleón Bonaparte, contra los austriacos. Napoleón contaba con 21,000 soldados bajo su mando, mientras los austriacos con 24,000 combatientes al mando del general Joseph Alvinczy. La batalla se planteó en la orilla de rio Alpone, afluente del Aldigio. Napoleón planificó una maniobra de tenaza efectuada por Charles Augereau y André Masséna. Augereau es rechazado y Masséna se atasca en la ciénaga, por lo que la maniobra de tenaza no puede llegar a realizarse. Napoleón, Comandante del Ejército de Francia, ataca a la cabeza de sus granaderos portando la bandera de Francia, tomando el puente. Este es bombardeado intensamente y sus oficiales le gritan para que no se arriesgue más, hasta que su ayudante Jean Baptista Muirón tiene una importante actuación. Luego de una estratagema compartida, Francia tiene la victoria. Las bajas entre muertos y heridos por la parte francesa ascendieron a 4,600 mientras por la parte austriaca fueron 6,000.

Como ya se dijo, arrecia el cañoneo y las descargas de los fusiles de los austriacos. Un soldado apunta a Bonaparte para eliminarlo. Muirón se da cuenta de la intención y ofrece generoso su cuerpo para que el proyectil lo reciba él y no su Comandante quien también era artillero. Esta bala resultaría mortal para él quien se desploma cayendo de espaldas y pesadamente entre los soldados. Bonaparte aún sorprendido por tremendo hecho sigue arengando a sus tropas quienes caían abatidos por la nutrida fusilería y artillería. Pero sigue con sus combatientes hasta el final para coronar la victoria y vencer así con coraje y determinación la suerte de la batalla. Napoleón no olvidó jamás el gesto de Juan Bautista pues luego protegió a su familia e incluso le dio el nombre de “La Muirón” a una fragata cuando se coronó Primer Emperador de Francia. Ellos se habían conocido en el sitio de Toulón y ahora en la Campaña de Italia en el año de 1796. Nunca se ha escrito una historia semejante del dar la vida por el amigo en tremenda situación. 

¿Qué fue lo que le pasó por la cabeza a este Artillero? Las almas nobles consideran a la amistad como algo sublime, sagrado y por ello dan la vida hasta las últimas consecuencias. Muirón demostró amor a la patria, valor y mística. Tenía apenas 20 años para dejar su memoria escrita en los anales de la historia. 

"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos", dijo el Maestro y lástima que aquella actitud que él hizo ya no se conoce hoy en las guerras olvidadas en el imaginario popular. Lo que fue antes, no podría repetirse después y las glorias del pasado se olvidan fácilmente para dejarlas en un frío monumento del recuerdo. Hoy se perdió la alegría de la tropa triunfante solamente escrita en los libros de una biblioteca anticuada. Pero los actos se llevan en el alma y el pensar de nuestra vida se vería reflejada en nuestra decisión. ¿Y si viviéramos esta experiencia? Se extinguirían los héroes porque ya no hablaríamos de ellos.

Pero yo sé que si hubo Alguien que lo hizo sin ninguna recompensa. Quizá Napoleón nunca lo supo porque quedó sorprendido por la muerte de su amigo o de repente si lo sabía pero jamás lo pudo relacionar. Nos toca ahora entender los hechos y las realidades o los mitos y leyendas plasmados en la pintura de Horace Vernet que inmortalizó la terrible batalla. Sin olvidarnos que él también fue, un artífice de la vida  pasajera..  

Roque Puell López Lavalle

jueves, 20 de julio de 2017

Costeño


Aquella comarca lejana, rodeada de escarpadas montañas, valles del fuerte viento y de las verdes campiñas. Tierra de gente valiente y desmedido orgullo. No conocen más que su propia sombra, no hay ninguno que los iguale y desconocen así el cansancio. Sin embargo, entre los hombres y las mujeres, son los que a una prenden el incienso sembrando las esperanzas, forjando los deseos y los anhelos en las extensas serranías de largo ensueño. Pero no por gusto tampoco, se nace al pie de un volcán.

Bulle la gente, el viejo trabaja, vive de los recuerdos cuando en su pueblo todo era blanco y distinto, más hoy, ya no distingue los colores. Todos estudian, de la mañana a la noche, no existen salidas, no comprenden el frío, ni la diversión de las estrellas. Está el fuereño buscando el sustento y está demás decir que triunfa al cambio, pero no tranza el orgullo. Más bien ahora queda el mejor día, el deseo de ser grandes, impertérritos, es la gran aventura de poseer la medalla más codiciada de la lucha por la vida.. 

Y entonces, la vida continúa y es así la ofrenda invisible del costeño. Uno más que otros, un amor a la vez, todos, más que ninguno... 

Roque Puell López Lavalle

Escucha: https://www.youtube.com/watch?v=a4naoHdZxw8

miércoles, 21 de junio de 2017

El tercer domingo



Que son unas chiquillas Francisco... ¿O así son ellas? ¡¡Pero se miran unas señoritas!! Sí, de acuerdo amigo, pero es que ahora ya no piensan o quizá no se dieron cuenta de lo que aconteció en ese momento. Pero fueron por una invitación que no pudieron decidir y esta esquela impensada, se convirtió entonces, en la más inoportuna...

Pues no fueron las celebraciones de los rezos y los parabienes, más bien me enteré que se sirvieron de las buenas comidas y de las celebraciones que se convirtieron en la noche de los manteles largos. Y por más que estén lejos, todavía están mis recuerdos, tal vez por los que todavía sienten la nostalgia del ausente o son solamente vanos sueños de la indiferente…

Pero al pasar los años, los niños se hicieron hombres y en el corre corre, las niñas se  hicieron mujeres. Me pregunté aquella vez: ¿Y qué es lo que pasó con los viejos juguetes? Silencio. Solo encontré uno, quizás el más ingrato; porque era un gallito carmelo que a pilas batía sus alas, que cantaba el quiquiriquí muy bronco, pero gritaba ya sin fuerzas el muy gangoso...

Son tiempos de cambio querido amigo, tiempos que no vuelven a entonar la misma canción. Alegrías recordadas que se vuelven al fin una nada, un sonido lejano que ahora se esconde para no vibrar jamás. Y el único recuerdo que sentí fue cuando regresé en la tristeza del camino, era la soledad que reinó en mi alma, cuando ellas se marcharon, el tercer domingo…

Roque Puell López Lavalle 




lunes, 29 de mayo de 2017

Estoy contigo


Tal vez en los pensamientos del silencio, en la madrugada de tu recuerdo
en las mañanas que anuncian las verdades, sé que ahora te extraño
porque te nombran mis palabras y te quedas en mis sueños
para mirarte de lejos y para recordarte cerca...

Y así, en la imaginación de mi gran deseo, me veo tomar un café contigo
al compás de la alegre melodía de un piano, a la música de tu sonrisa
y en aquella búsqueda de la verdad de tus ojos almendrados,
te musito cierto al oído y te exclamo: Te amo...

Pero tú te quedaste a mi lado sorprendida por tal osado atrevimiento
y te preguntaba yo apurado el por qué de tu encandilada sorpresa
si ya sabías de mis intenciones, de mis sabias propuestas
y hoy como si no supieras, me respondes a tientas...

“Si tú sabes que te amo, por qué me declaras tu curiosidad tan sencilla
e invades mi paz si estoy segura a quién he conocido” - me  dijiste
entonces yo, avergonzado de mi gran ignorancia descubierta
besé tus labios para que así vendes, mi corazón ardido
y no te pregunte otra vez, el por qué estoy contigo...


Roque Puell López Lavalle
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Escuchar: https://www.youtube.com/watch?v=Y6JCDglKr14

viernes, 28 de abril de 2017

Hola pá





¿Por qué estás así hija mía? Preocupado estoy por tu mirada triste y tu ánimo desatendido. Es que tienes un problema, algo te pasa y yo te conozco mi hija bella. ¿Problemas del corazón? ¡Quién no los ha tenido! Sólo que tan niña y sin embargo, no eres la excepción. Yo tampoco me escapé y en este mundo incierto, todo puede suceder. El corazón no se da a nadie, se da el querer sencillo de un día a la vez. No confundas amor con entrega que para eso hay tiempo, siembra el futuro con promesas, sueña con los planes que aún no puedes ver. No mires la carita todo el tiempo, se acaba con los años pero el amor verdadero se queda para siempre y se hace fuerte como el viento, ése mismo que no puedes ver. No es el dinero lo más importante, dale siempre otro lugar, más vale el pan duro con amor que el banquete de manjares donde hay odio y frustración. Habla francamente de lo que te guste y de lo que no. No prorrumpas palabras ociosas, mejor di la verdad, pero cuidadosamente, no vayas a afrentar. Frena tu ímpetu y no destruyas el alma de tu compañero, perderías al instante y no te lamente después desconsolada, cuando no encuentres solución. 

Pero por sobre todo hija mía, ama a Dios con todas tus fuerzas, guarda sus mandatos y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Mostrará tu derecho como el medio día y no dudes que su amor nunca te dejará. Te pondrá en lo alto siempre y así te ha de premiar. Estudia mucho ahora y hazte luego una profesión, mucho hay que recorrer pero no pienses más con la pasión. No llores hija mía, tan sólo eres una niña que ya piensas como mujer. Ven con tu pá que te ama y te comprende y que a su pecho te puedes consolar. Yo estaré contigo pero prométeme que me estás escuchando y de mis consejos podrás aprender. No te desanimes y lucha niña valiente que la batalla espera y grandes cosas has de conquistar. Blande tu espada que puedes derrotar todo lo que venga y sé que lo puedas lograr. Muéstrame de quién viene mi sangre, pues orgulloso ya está tu padre porque está seguro que grandes triunfos vas a alcanzar.. 

Roque Puell López Lavalle

Cuerda de tres dobleces




Hoy me fui para esperarla. Llevaba un ramo primoroso de flores, las más hermosas para alguien que en mi corazón latía de esperanzas, para la más bella de mis emociones y para seguir queriéndola con tantos temores. Quería conocer el fin de mis días en las mañanas de la esperanza, en el atardecer de mis años o quizá en los murmullos de la noche. El tiempo hacía sus oficios de siempre y en las montañas del recuerdo, en las hondonadas de mis pensamientos se encontraba ella, mí amada la solitaria. ¿Por qué tanto barullo? ¿Es qué no se puede soñar en el encuentro? ¿No se puede revivir un bello sentimiento? 

Los nubarrones parecían pedirme lo que antes no fue, los vientos reclamarían las palabras que se deberían de expresar pero su rostro de aquél momento se quedó grabado en mi acongojado ser. Sin embargo, una vez estuvo cerca y fueron tan solo momentos, tan solo encuentros que aquella vez no se pudieron reafirmar. 

Su voz en aquél tiempo estuvo ausente cada tarde y retumbó en los sonidos de mi conciencia pero nunca se supo en que habríamos de terminar. Pero las esperanzas fueron alcanzadas nuevamente por la realidad y otra vez los caminos se volvieron a encontrar, grandes serían las experiencias que relatar, habrían seguramente mejores momentos que experimentar y el recuerdo de sus palabras me tenían que encantar.

No obstante, las emociones y las acciones fueron otra vez desdibujadas por el desasosiego y  por las tormentas de un regreso impensado y certero. Recuentos que se pudieron expresar y ver, momentos de su vida que iban a ilusionar mi fe y que de alguna manera tenían que quedarse entre nuestras almas inspiradas pero el azar se los llevó sin poderlo detener. Aun así, conjugamos nuestras vidas nuevamente con miles de experiencias, unas sufridas o ingratas, conscientes y triunfantes pero siempre al final las mismas, llenas de colores y bendiciones que tanto afirmaban mi corazón al suyo. 

Ya en el momento de la verdad, vino a mi mente tu rostro sonrojado por el viaje, tu sonrisa de siempre, tus ojos ávidos del encuentro y mi corazón henchido de encontrarte para siempre. Nuestras miradas se comprendieron finalmente, no hubo nada que hablar. El contemplarte sería suficiente, el abrazarte sería el final eterno. Solo nuestro beso largo y apasionado pudo hablar lo que no se atrevieron las palabras. Y si las miradas hoy pudieran decir algo, solo podrían afirmar lo mucho que te amo y lo que siempre esperaba este momento.

Ahora las noches serán nuestras, el concierto de las palabras serán incontables y nuestro amor volará inmenso. Se mostrará como el infinito cielo azul que te encanta, se mirará como el encuentro de dos en el horizonte, infinito y sin nombre. Habrá solo dos siluetas que se funden en el instante, una para entregar el manantial que no termina y los dos para beber de la fuente que es continua. 

Por eso siento soñar siempre en aquel encuentro, llevarte así las flores más bellas para que seas la más hermosa, así en la mañana como en la noche, sellar con un beso tierno nuestro mutuo contentamiento. Esto es para que sepas que lo mío es para siempre, para que te enteres que mi amor es como un juramento, que solo estará invalidado cuando yo esté muerto. Mientras tanto vivo este mismo instante en el que te estoy escribiendo. 

Lo que sucederá en tu corazón y el mío será unido como el mar a las tormentas; pero esta vez anhelo que sea más fuerte, como una tremenda cuerda, si, como una tremenda cuerda... de tres dobleces...

Roque Puell López Lavalle










Lombardos, godos y austriacos


Lombardos, godos, y austriacos, así son los amigos de antaño. Se encienden en una chispa de fogatas y luego aparecen en las luces multicolores de una fiesta. Son las sorpresas del presente y lo que no sabrás del futuro. De todos los rostros se forman una Nación, de todas las babeadas un lenguaje y de las lejanas tierras, las sorpresas de lo mucho que no se sabe. Si así fuera, ¿Cómo podremos vencer si la carrera está por empezar? Los últimos serán los primeros en un día a la vez, unos para vergüenza y otros para la decencia...

Pero así seguimos creciendo, las hormonas definieron los papeles, tú te hiciste hombre, tú eras ya una mujer, pero ambos son como esos peluches bobos, porque todo el tiempo están peleando por ser los mejores. Pero  después vinieron los desengaños, se hirieron las mejores intenciones, nacieron las ilusiones del único amor, pero también se conocieron a los que casi no hablaron nunca. Aquellos que con la complicidad de la noche descubrieron lo prohibido aunque eso, nunca estuvo desapercibido para la mayoría. Todos lo celebraron a lo grande pero así se fue el formalismo, luego, se enfrentó la verdad y finalmente el qué dirán. Así son de admirar, a nuestros amigos...

Después, pasaron los años y las decisiones fueron tomando los primeros lugares porque la batalla para un nuevo mundo, comenzó. ¿Qué pasó con los que no llegaron? Empezaron de nuevo, desaparecieron, viajaron, descubrieron el trago amargo y se colaron solos para el otro lado. Llegaron los triunfos, los sueños, las derrotas y unos más llegaron para trabajar al dizque Estado. Ellos no cambiaron nada porque siempre sufrieron las mismas desilusiones, las denuncias, y los valores, bien enterrados. Así vivieron frustrados,  nuestros amigos del pasado...

Entonces, aparecieron los tortolitos. Fueron los días o las noches vividas cuando la esperada descendencia llegó. A volcar ahora la experiencia, a sentir el no saber nada pero ahí estaba la prueba. Con la teoría vendría la práctica. ¿Verdad? Y ya los abuelos le advirtieron al bípedo emplumado: “Aunque todavía no has salido del cascarón, aprenderás, porque así de la noche a la mañana, se hizo tu padre”,  y así aprendieron la lección, todos los amigos de la niñez...

Pero la muerte había comenzado a hacer su trabajo y la gran cacería había empezado. Todos volaban,  unos se fueron en los cajones de la funeraria y otros murieron de pie defendiendo a la Bolsa. Eso nunca había cambiado pues desde niños aprendimos que la tabla de multiplicar era un juego pero para otros, se convirtió más adelante, en un pésimo mandamiento. Así partieron de aquí, los compañeros del tiempo... 

Sin embargo, para algunos fuiste el héroe de la película, el abrelatas del destino, la promesa del partido que a estadio lleno era el Campeonato en que jugabas tu destino. Pero llegaron los malos días y quizá de héroe pasaste a villano, fuiste el más odiado y todavía alguno se deshizo en disculpas tontas por no haberte saludado. No ganaste la Copa pero si premios y reconocimientos. Recuerdo que te dieron una copita de vino y  esa niña de tu infancia, si fue alegre, cariñosa y de gran sacrificio que te acompañó hasta el fin de tus días.... 

Lombardos, godos, austriacos, extraños quizá o ingratos, pero los llevo siempre en mi corazón porque así fueron, algunos amigos de antaño...

Roque Puell López Lavalle 

El velo


En el mausoleo reposan los grandes personajes así como los hombres y las mujeres de humilde condición. Se recuerdan las grandes acciones, las mejores batallas y las medias verdades por no decir las no muy pocas majaderías. Se reúnen allí las familias de siempre, aquellas que quisieran perdurar la vida y exaltar todavía la insigne memoria del fallecido. Sin embargo, las honras fúnebres se llenan de fiesta cuando todos al unísono le dan las gracias a la Deidad. ¡¡Gracias Padre Santo por haberme dado a mi tío Julián!!.

Pero no todos se acompañan por los apellidos y los blasones. Están los que sin tanta maraña de recuerdos y galardones de la vida, honran a los que hicieron algo por la María y acabar con la misma letanía de ser siempre el foco de la piedad. Por eso, pocos recuerdan su gran maldad. Luego surgen los famosos anónimos, aquellos que no buscaron nada, ni sus descendientes supieron con quién vivían hasta la hora triste de la despedida final. ¡¡Qué contradicción!! Se buscan entonces los intereses poco comunes entre el gran apego a la vida o el gran desprecio de continuarla. Salvo las honrosas excepciones de la historia, que alguna vez para el beneplácito de todos, han tenido que mostrar.

Y todo parece repetirse. En el cementerio se acabaron las mentiras, ya la vida no tiene sentido porque el último suspiro se manifestó temprano para no volver. La reunión será siempre la misma, los comentarios ya están aprendidos de memoria para los abrazos y los encontrados sentimientos. Las palabras melancólicas de siempre por el oficiante, no pueden comprender que la mejor vida está afuera, que el mejor descanso es no soportar las ceremonias así se hagan con buenas intenciones. Sin embargo, se acabaron los lloros, se terminó el caminar de llevar flores a la tumba y el epitafio resume siempre la misma cosa porque no existe mayor dicha que llevarse el mejor recuerdo de lo que se hizo porque los años no cambian la verdad.

El camino de regreso se hizo oscuro y  fueron los vientos los que no me dejaban ver tus ojos porque en vano llevaste las rosas que compraste. La tormenta que se avecinaba no apagó las luces de los cirios encendidos como si quisieran que el misterio perdurara. Pero el aroma de las ansias confirmó mis dudas. Busqué en tu rostro y tu emoción estaba cerca de abrirse al quitarte el velo. No te diste cuenta que todo fue un sueño si tú hubieras dado rienda suelta a la verdad y así te hubieras quedado conmigo..

Roque Puell López Lavalle

martes, 25 de abril de 2017

El gato


Hace poco tiempo, porque de fechas no me acuerdo, estuve peleando entre las acusaciones y las respuestas a las vanas afirmaciones de la Gorgona. Luego del largo enfrentamiento, pensé buscar un lugar a solas para mi conciencia.

Me fui entonces, a uno de los acantilados de mi ciudad y sentado frente al mar, en lo a lo alto del barranco, me preguntaba el por qué de su lejanía, si todo se veía tan cerca. Parecía tener las conjeturas de un filósofo perdido haciendo preguntas tontas pero me di cuenta que era el viento bajo la sombra que me envolvía soplando mis pensamientos.

Y entre las culpas, los sentimientos, las quejas y los enojos, le preguntaba a Dios acerca de  mi vida, acerca de las circunstancias y si alguna vez tendría que escuchar siempre que todo tiempo fue mejor y que debería tener la paciencia de Job porque de todas maneras todo iba a cambiar. Era tan buena la lógica y me sonaba tan convincente, que llegué a enojarme un tanto porque siempre estaba seguro de eso pero entonces pensé que ya no habría más razones que pedirle al tiempo preguntándole el cuándo..

Entre los hechos y las palabras, buscando respuestas a las mismas interrogantes de qué habría de suceder luego, aparece un gato que me miraba con sus ojos grandes sorprendido a mis alegatos sin palabras. Fue una sorpresa verlo pero me animé a cargarlo y acariciarlo hablándole palabras cariñosas. El no se inmutó y dejó que yo estuviera con él. Luego se echaba para atrás como queriendo jugar porque me mordía las manos amigablemente.

¿Sería un enviado? Sonreí al pensarlo pero no me dejó concluir mi retiro voluntario. Me llamó la atención su compañía y el querer estar conmigo que me hizo olvidar en buena parte lo que me estaba pasando. Luego, se hizo a un lado y fue a buscar sigiloso su sustento porque varias veces tentaba por el barranco coger alguna presa que se moviera siendo cauto y listo para dar su zarpazo. Eso me distrajo y de alguna manera me hizo razonar el vivir una manera diferente.

Ese gato estaba de lo más tranquilo respirando el día a día porque ni el peligro, ni nada parecía cambiarlo. No era una mascota de casa pero si era muy sociable y con una paz única para enfrentar su presente. ¿Acaso no sería bueno aprender de él? Yo con mil cosas y él con lo suyo pero era diferente. Entonces resolví continuar en las promesas eternas recibidas en los momentos de las tormentas, no por asuntos de credulidad sino por el confiar toda eventualidad a Quien me dio la bendición de levantarme esta mañana.

Roque Puell López Lavalle 

La despedida


Éramos tres los gatos y un ratón acomodado
ahora, solo uno fugado y dos encuartelados..

Compañero te sentía
aunque en mi salón no cursabas
compañero de milicia, hermanito de carrera
travesuras incontables, serios compromisos
no ocultábamos simpatía por ella,
la hermosa rubia Mirella

Largo eres como el Quijote, sabio igual a Platón
queriendo cambiar al mundo ¡Oh, iluso!
solo con pluma fuente y carbón

Te vas amigo, si….te vas
no puedo detenerte, 
ni convencerte siquiera
poeta y filósofo cantor,
de prosas colosales y lógicas amarillas
no podremos olvidarte, aún en la lejanía

Suena ya la bocina….
¡Apura el paso mexicano!
Vuelve pronto y más cambiado…
¡Apura el paso querido hermano!
Que una lágrima se escapa y nuestro abrazo se confunde
Vuelve triunfante, no digas nada…

¡Pero sube ya cristiano!
Si, si se lo diré, te escribiremos…
pero nunca olvides, compañero,
que por siempre te esperaremos….

Roque Puell López Lavalle