domingo, 13 de septiembre de 2015

Aquí estoy



Al pasar por las montañas escabrosas de la costa teniendo como abismo el mismo mar, uno va observando el romper de las olas y la increíble soledad de sus playas. Ni un alma se asoma pero si ves la larga carretera sinuosa que va llena de camiones, algunos buses despintados, te quedas sin hablar.

Atrás quedaron los recuerdos donde la arena en una curva, hizo que el carro en que viajábamos se derrapara y nos casi estrellara en la saliente de una de estas montañas. Lo peor fue quizá caer finalmente en una hondonada de rocas, si no fuera por la habilidad de nuestro conductor.

Pero felizmente nada nos ocurrió pero si estuvimos varados mucho tiempo hasta que pasó un camión y el chofer nos ayudó con unas gruesas cadenas sacándonos del gran hoyo de arena donde nuestro auto estaba semi-enterrado. Luego llegamos por fin a nuestro lugar en aquella oportunidad pero con muchas horas de retraso. Eran los comienzos del mes de Marzo y en esos momentos, ni lo habría pensado...

Sin embargo, escuché una voz sigilosa que me decía...

“¿Ves tu destino?” - Me preguntó -

Todavía no y me parece que falta mucho todavía - contesté -

¿Por qué me preguntas si tú sabes lo que siento? - pregunté -

“Pues por lo mismo, porque tú no sabes ahora lo que encontrarás y según creo, eso te está preocupando....”.

Pues no –volví a insistir –

Salí con una convicción y un programa de trabajo donde imagino que podré salir adelante y por lo que yo sé, tú deberías ir dándome pistas de lo que podría encontrar...

Me sonrió y me dijo:

“Las decisiones que tomes, supone que decidas a conquistar lo que aún no encuentras y lo que aún no conoces. Nadie puede saber su destino si no lo visualiza primero y se encamina hacia él sin mirar atrás. Tú tienes la libertad de vivir así, yo no. Yo solamente te señalaré si me agrada o no lo que vea de acuerdo a las circunstancias que tú elegiste”.

Entonces, hubo un silencio...

Si tuviera que afrontar la vida por mil razones, gustoso me encargaría de ser el mejor para terminarlas. Ser sabio, es querer conquistarlas, ser necio, es abandonar la refriega y no luchar por ella. ¿Y todavía te atreves a decirme lo contrario?

“No te digo eso pero deberías pensar que todo no va a ser fácil y no caería mal un poco de humildad y no ser tan auto-suficiente”.

¿Otra vez? No es autosuficiencia sino que debo animarme yo mismo con la ayuda de Quien me dirige los pasos aunque el camino sea tedioso y falso.

“Entonces me voy – dijo finalmente mi conciencia – creo que ya no me necesitas, mejor duerme porque aún te falta mucho todavía”.

Y rápidamente se fue así como vino. Quise dormir después de esta charla bizantina. ¡¿Qué me importa?! - me dije mirando al vacío - Nadie puede entenderlo profundamente ¡Basta de cavilaciones! Me esperan gobernaciones, quizá reinos y sinnúmero de atenciones...

La voluntad se cumple entre los más ansiosos, de repente entre los pensamientos que la voluntad espera por el deseo intenso de cumplirla. La campiña me reclama, la fortuna todavía no me dice nada y sin embargo, las ilusiones me acosan ahora desde muy temprano. No se ha oscurecido mi afán, no se ha apocado mis ánimos de llegar aun ¿Quién podrá liberarme de mis más caros pensamientos?

De pronto, sin darme cuenta, veo sorprendido que una de mis ilusiones, la más cara, venía desde muy lejos. Era una silueta que iba apareciendo poco a poco, cuanto más se acercaba me parecía desconocida pero no, ahora, estaba frente a mi...

Tienes una personalidad definida, - me dijo -

Yo sorprendido, asentí con la cabeza...

Tímidamente me preguntó: "¿Me esperabas verdad?"

Entonces, abrí mis ojos y antes de proferir palabra, me miró fijamente y me retó diciendo:

"Aquí estoy ¿Qué harás ahora?"

Roque Puell López Lavalle



martes, 11 de agosto de 2015

Malas costumbres


Como la garúa de un invierno frío, persistente y tediosa, pidió Gregorio una ayuda temeraria a gritos destemplados a la guardia virreinal. ¡¡Suelten a mi muchacho que él no fue el protagonista de semejante sacrilegio!! ¡¡El no fue a la escuela, él nunca pudo saber cómo se manipula un arma de semejante peligrosidad!!

Su compañera replicó: ¡¡Cómo puedes pedir clemencia para tu hijo cuando tú mismo lo iniciaste en los torcidos caminos y ahora quieres librarlo como si fuera un pobre peregrino!! ¿¡No es mejor que purgue adentro de la sombras y aprenda un oficio que malgastar su juventud en un inútil sacrificio!? ¡¿No creerás que se refugiará en un indeseable como tú que en borracheras y los sueños de la divina providencia verdad!?

Díjole Gregorio: ¡¿Cómo puedes replicarme a mí mujer osada, madre deslenguada, porque cuanto más te necesitaba el imberbe, te ibas a llorar a tu madre por los maltratos de tu amante?! ¡¿No era mejor que busques un poco de mesura, un poco de atención, en vez de encontrar pretextos para una inútil relación!?

Y el joven era llevado al cadalso entre los guardias de alguacil, vendados los ojos entre la turba que no comprendía el mensaje del por qué era llevado a semejante fin. Sin embargo, los padres desgañitaban sus voces y se acusaban mutuamente del dudoso crimen de su hijo. El desnaturalizado padre y la apesadumbrada madre nada podían hacer, la suerte estaba echada; Artemio vería en contados minutos, sus fechorías en la filuda hoja del verdugo.

Antes de leída la sentencia, presentadas fueron las acusaciones de un testigo falso. Pero la conciencia de aquél, no lo dejaba tranquilo y seguramnte era obvio que había una maliciosa acusación. Surgieron entonces las dudas de los magistrados pero no habían pruebas contundentes porque más valía la elocuencia falsa de los acusadores que las voces que gritaban libertad para el condenado.

Poco se buscó entonces, en las acciones que se habían tomado. ¿Cómo una frágil figura de un desdeñoso semblante pudo consumar semejante delito? ¿Cómo se puede reclamar justicia cuando no se ha probado la culpabilidad del acusado? ¿Cómo se puede alegar un derecho cuando más puede el orgullo y la mezquindad del acusador al no dar una prueba fehaciente de la verdad?

Así eran las épocas para dar justicia, mucha filosofía y pocas las esperanzas de vida. Sin más que decir, se procedía a cumplir la innoble ejecución. Cuando cesaron los tambores, irrumpió una voz en el escenario. Una confesión de voz audible a último momento de un testigo que se hizo escuchar por vez primera.
Las esperanzas parecían regresar, todo podría iniciarse pero lastimosamente ya había cundido entre todos el tiempo, ya era tarde para un semejante desenlace y esta vezno se pudo retroceder para romper las cadenas del ultraje. Luego de una pausa, cayó sin demorar entonces la cabeza, besó rápidamente el cesto y quedaron todos, el pueblo y los acusadores en silencio. No se dieron cuenta en ese momento, de la tremenda equivocación en que ellos se habían sumado...

Así es la humanidad, más de dos mil años tienen todavía esas malas costumbres. Se sigue eligiendo a los malhechores, creyendo más en los culpables y justificando siempre los derechos humanos del criminal no sin antes terminar, con la vida de los que injustamente son acusados...

Roque Puell López Lavalle

En las montañas de mi cantar



Puedo contemplar en las alturas, las montañas en las que mis ojos pueden divisar. Entre los abismos y entre el viento que me golpea el rostro, escucho una voz que retumba entre las brumas de mi existencia. Es una melodía que encuentra paz en mi ser cansado por la espada certera, es una respuesta a una ilusión, una esperanza del cielo misterioso que ahora encuentro. Y fue el amanecer nuevo que me hizo recordar tu figura y tu tiempo. Será tal vez un hermoso sueño  o una alegría que tu conciencia supo guardar..

Las palabras que me dijiste llegaron a mi alma desnuda, encontraron una sonrisa a mi rincón inexpugnable, repleto de tesoros escondidos, escogidos solamente para ti. Ahora seré más fuerte en mi refugio que levanta mi fuerza a mi ser y verás que solo algunos lo podrán entender. Será que las gotas de tu manantial horadan poco a poco la roca dura y tosca de mi armadura, quizá. Tanto que me niego cuándo fue que me empezaste a hacer pensar. ¿No será que han regresado a mi vida los momentos de soñar?

Pero los misterios de la vida y las sombras de sus caminos, a todos nos hacen reflexionar. Algunos para prosperar dejan todo por el ánimo de crecer, otros en cambio, venden su alma al mejor postor para nunca perecer. Mejor es el bienaventurado mortal quien tiene en el Creador sus fuerzas. La vida es bella y no por los desazones de nuestro ser, El Eterno nos quitará su amor. 

Así son ahora los cánticos de mi mañana, así es el pensamiento de quien amo ahora y deseo que no se vaya, que esté junto conmigo en las buenas y en las malas, en el amor bello que yo le podré dar,  sea en el infinito o mejor, en las montañas de mi cantar...

Roque Puell López Lavalle



El hombre es un celestino





Tristes fueron los saludos luego de algunos años para el recordado consiervo. Los mismos rostros y los mismos caminos fueron los que él vio aquella vez. Era la misma costumbre y el mismo desenfado, otras cosas siguieron siendo tontas como antaño. ¿Por qué no habrían de cambiar? Ellos eran los llamados amigos de antes, fueron compañeros, empezaron siendo rocanroleros sin un centavo en el bolsillo porque era más el entusiasmo en ese momento que un quejido... ¿Pero ahora?

"El hombre es un celestino, aún para un amigo...”

Pero el poder corrompe la vida siempre. El alma no se da cuenta del engaño y así se confunden los valores que han sido entregados. Lo mismo es una mano mentirosa que una amistad antigua y dadivosa. No se sabe el nombre, ni cómo diantres ha venido, es más cómodo dar una dádiva al que no conoces que asumir los problemas de un viejo amigo.

"El hombre pobre es un celestino y en la vida es para todos, un desconocido"

El reconocimiento, el nombre y la fama, a todos endulzan y a todos enloquece. Y en la vida, el tropiezo atrapa a cualquiera y la humildad que se les vio nacer, a esa ya no se le toma en cuenta, ya no existe. Sin embargo, la equivocación alcanza al más digno y aquello se confunde con la conducta del que no lo merece. Pero... ¿Por qué? Porque eso te lo demuestra tu dizque, mejor amigo...

"El hombre invitado es un celestino, pero es igual que yo, dijo un entendido…"

Y ahora los ojos de los demás, ni lo miran al consiervo. Ni la sonrisa se le reconoce ahora. Aún esperan todavía que sea el mismo pero él ya no puede, ha experimentado el pan de dolores como que ha caminado por el áspero camino de los sinsabores. Sin embargo, el ministro religioso le extendió la mano saludándolo y el celestino respondió igual, pero el religioso lo reconoció y se le mudó el semblante, hizo una mueca de desagrado que parecía un santón enojado que se le había perdido el turbante. ¡¡Qué gran hipócrita!!

"El hombre pobre es un celestino y aún es odioso a su amigo…"

Roque Puell López Lavalle

Juntos


Juntos, como debe ser para ir en busca del encuentro de dos mundos acaso simples, acaso impulsados por un amor tremendo en las gotas de lluvia que brotan algunas veces en la primavera. No deberíamos de pensar en eso, tú estás contenta con lo que somos ahora y yo estoy feliz por este sentimiento...

Juntos, para amalgamar las penas y buscar la libertad en las risas sin más contenido que nuestras experiencias a lo largo de la vida. Será tal vez en la alegría del ser vencidos por ese amor que nos unió en un sin número de promesas y en un interminable perfume de voluntades que ahora nos llenan el alma...

Juntos, para arrebatarle al viento su fuerza y así llevarnos los sonidos de su magnificencia. Ellos pondrán fin a las dudas y temores, se llevarán de cuajo los sentimientos inferiores y volarán por el firmamento para perder lo que alguna vez nos entristeció. Después podremos crecer en armonía con lo que creímos siempre y con lo que nunca desapareció...

Juntos, para ver la vida de otra manera, no como los soñadores que ven el cielo primero y se creen privilegiados de ser ellos los únicos en alcanzar el aliento que necesitan para ser mejores. Nosotros tenemos el mejor de los amores y unidos podremos entrelazar nuestras vidas como una fortaleza que no muchos podrán conservar en el tren de los años o en la quietud de un remanso...

Juntos, para luchar cada mañana con el mundo incomprendido, llorar con la gente que ya perdió las esperanzas de encontrar un destino y demostrar que la esperanza no se pierde si se tiene un corazón rebelde de no ser los mismos... No perdamos la ilusión de las conquistas, la libertad de correr por los inmensos campos donde no hay ataduras, donde no hay temor para demostrar que hay una esperanza a los que libran la vida sin amarguras...

Juntos, para amanecer cada mañana en el lecho de los amores y en las esperanzas del celo manifiesto, cumplidos de encontrarnos siempre como dos adolescentes que viven el amor intensamente como si fuera el primero de tantos para prometerse después amor eterno. No busquemos más; que entre las mañanas frías y las cobijas consentidas, el encuentro de tu dulce voz nos dirá que en el buscar el tiempo, encontraremos una maravilla...

Juntos, para morir en un amor interminable que ni la muerte podrá vencer porque tú tienes lo que yo más anhelo y tú lo que más quisiste. Pero no olvido que nosotros somos como el agua del manantial que gota a gota ablanda la roca y engrandece el alma que quiere dejar un legado para que otros lo puedan disfrutar. Y si lo consiguiéramos, seríamos entonces los más fuertes porque así será como siempre quisimos ser…

Roque Puell López Lavalle

jueves, 30 de julio de 2015

La verdad



¿La verdad se encontrará entre los nobles? No se necesita nacer en cuna dorada para tomarlo como una virtud. No se necesita ser pobre para expresar los criterios de la humildad. Es más bien un valor que se enseña ente los que tienen un alma sensible que anhela ser mejor y que no acaba necesariamente en la ancianidad.

Además, tenemos pruebas en la historia. Mario Vargas Llosa, dijo la verdad al pueblo y perdió las elecciones por ingenuo. ¡Trágica sinceridad! Los persas le dijeron la verdad a Leónidas: "Que el cielo sería cubierto por sus flechas para derrotarlos en sangrienta batalla" y así fue, todos murieron peleando bajo una terrible realidad. Aquellos que la dijeron, fueron vistos como extraños, sacados de la oscura noche, pero lapidados por semejante temeridad. Su legado fue grande porque hicieron de su vida una convicción, más su existencia fue plagada de injusticias donde no existió la razón.

No así los necios que confunden el derecho con el reclamo y el enemigo con el resentido. Al trabajo lo denigran y a los amigos los traicionan porque su aparente sabiduría no puede perdonar. No entienden que la vida les pedirá cuentas, pero al final no se llevarán nada. Morirán solo en el olvido de su gente, entre las tristezas impuestas por las costumbres y no porque lo quisieran sinceramente. Descubrir el injerto de la mentira en la verdad y de la villanía en la nobleza, es costumbre de los hombres que no han entendido que este mundo no ha encontrado todavía su pedestal.

Así estamos a sabiendas de las mentiras, inundados por fuerza de la costumbre donde nacen los derechos, pero no son dados por el raciocinio que promulgue una Ley. ¿Quién podrá entonces salir de aquél lodazal? La razón y la virtud se encontraron, el amor y la conciencia se abrazaron, pero el sentimiento y el conocimiento no siempre se comprendieron, sería más fácil callar y faltar a la honestidad, así entonces no se podrán comprometer para quedar en paz. Pero el hombre que al hablar de sí mismo no se engaña, es un hombre sabio y por ser sabio, también es humilde. Más si no nos decimos lo que debemos corregir ¿Cuánto de imposible sería pedirle a nuestro prójimo que a la falsedad no debería de sucumbir?

Sin embargo, encontramos todavía algún remanente de fidelidad, alguna actitud de escondida bondad. Ingeniosos algunos que saben decir lo que piensan sin faltar a lo que ya está escrito. No por eso cambian si alegan tener esperanza de encontrar acierto a su intención. Fieles son las heridas del que ama pero si está el amigo para aprender que no todo en la vida es oro, podríamos decir entonces que el hombre ha encontrado lo que le falta. Algunos le dijeron a él lo equivocado qué estaba con su vida, pero era necesario para el aludido, descubrir la ignorancia en que se encontraba. Quizá hallaría más oscuridad pero él jamás podrá olvidar que alguien, si le dijo la verdad.

Roque Puell López Lavalle

Tú estuviste a mi lado


Cuando la noche te invita al pensamiento, a la luz de un candil que va muriendo, buscas la quietud de tu alma y la necesidad de una respuesta... Allí en mi lecho de la soledad y el tiempo, en las calladas palabras que puede musitar mi deseo, apareció tu figura sin parecer un sueño...

Me acompañabas entre las mantas de mi cama inmensa, entre el perfume de tu beso tierno. Mis ojos te miraron, llenos de emoción y dulzura, sorprendidos y llenos de una paz infinita. No niego el deseo que llegó de improviso pero más fue tu compañía y tu rostro, tu sencillez a mi temperamento, henchido de fuego...

Tus palabras me hicieron eco, consolaron mi alma en pena y fueron momentos en un hermoso solaz de canciones bellas. Tenías un corazón como el mío y en este camino nos hemos encontrado, yo para colmarte de lo que mi sentimiento al tuyo quiere derramar y tú para hacerme dichoso como un niño a besos...

Eres mi cariño, acaso mi amor y no me he dado cuenta. Solo me darán vida para que este sueño se funda en la hoguera de un amor eterno. Mi deseo de quererte tanto y la dulce voz de tus labios, tiernos, vencen en mí lo que tú significas en mi existir. Egoísta me dirás y pretendido dueño de ti, pero así vivo siempre para que tú seas feliz...

Pero vino desafortunadamente el despertar y todavía siento tus caricias, nuestros besos arrobados y deseados que descubren un alma como la mía, un corazón sufrido como el nuestro, que quiere a gritos ser feliz. Quizá sea en el día de los imposibles o en el día que no hemos pensado, pero yo espero que así fuera pues me daría un gran pesar si así no fuera...

Perdóname si abrí mi corazón sin defensa, si hice una tempestad con mi ser apasionado pero así te extraño, así yo te quiero mía y si mis ilusiones cayeran rotas por los suelos, yo sabré que aquella noche, no soñé contigo, no, tú estuviste a mi lado…

Roque Puell López Lavalle

Caminos del inca




Caminos del inca que me muestras la cordillera hermosa, escarpada, antesala del gigante dormido que regala generosa la vida de palacios enclavados en la montaña. El abismo infranqueable de tus alturas me hace sentir pequeño, me hace contar el sueño de que nunca te rindes al buscar mi admiración...

Camino del trabajador andino, que lleva su sustento que le regala el Creador a tiempo. Tienes el aplauso de propios y extraños, por ello llevas la consumación de los siglos que revives en la gloria de antaño. ¡Hoy quisiera recorrer tus caminos! ¡Vuela zampoña vuela, que tu aroma me roba el alma! ¡Quena que me abraza, que me toca, se eleva mi corazón porque mi ser todavía llora!

Al Ande me llevas, a las lagunas me rindes, a las montañas de nieves perpetuas me guías, a los campos pastoriles de mi tierra me enamoras ¡Cálida desolación que mi emoción reacciona! Noble es tu grandeza que se traduce en el pasado de un imperio orgulloso y conquistador de los reinos y de las tierras lejanas...

Por eso es que la tinya redobla a lo lejos con majestad clamorosa las fibras de mi corazón peruano. Tienes la ternura de mis días, en la frágil flor de las alturas me regocijo, el sonido de la quena me contenta, dice que tengo una herencia inquebrantable y una gran fortaleza del valor que a todos asombra... ¡Una cordillera bendita! ¡Un farallón infranqueable! ¡Vuela zampoña ahora, que tu melodía contenta mi alma!

Roque Puell López Lavalle


lunes, 27 de julio de 2015

Mujer madura



Qué bello el poema, qué bella la mujer madura, quién por ella suspira es porque entendió su bravura. Si el amor que le prodigas es una eternidad, feliz estará el hombre de ser cómplice de tremenda responsabilidad. Pero el conquistador ha de ser valiente y atrevido para dar amor en serio y ser correspondido. Debe saber que no hay dicha más grande que amar a la mujer madura y así juntitos, no debemos olvidar que es un amor verdadero más no una locura... 

¡Qué bello poema, qué bella la flor que me regala su perfume! No la cambio ni por el cielo ni por los colores de la aurora, ¡Qué no muera el amor ni tu recuerdo de aquella tarde! No me olvides por tu experiencia o por tu sonrisa que me hiere. Nada, ni por el privilegio de haberte conquistado, ni por haberte solamente una vez amado…

Roque Puell López Lavalle

lunes, 6 de julio de 2015

Nuestro mejor deseo


Cuando en las noches miro a la lluvia, siento su ruido estrepitoso y que cae siempre en forma copiosa sobre mi techo destartalado. Continua es entonces, la gotera que se precipita sin más oficio del que yo pueda entender para querer repararla. El momento de la humedad se acrecienta en el ambiente y el olor a la tierra mojada invade mi habitación. Luego pienso de inmediato y quisiera adivinar el sonido del rugir del viento y los truenos que en ese momento los escucho. Seguramente ellos son los presagios que me invaden, estarán entre mis dudas y temores porque pronto encontraría tu mirada. Ella seguramente estaría perdida entre tus tantas emociones que callas para perderte después en situaciones diversas ahora, no puedes comprender.  

Ahora los rayos los veo repartidos entre mil maneras, buscan el cómo llenar la tierra con sus interminables brazos. Acaso las luces refulgentes les dan más vida o es que para mi tienen un significado inmenso. A veces quisiera ser como esas bengalas para saber dónde buscarte, sea entre el negro nubarrón dónde nadie puede penetrar o tal vez entre el susurro de tu dormir profundo. Yo también disfruté de todo el portento al sentirlo sobre mi ser en los magros tiempos del invierno o cuando gozaba correr debajo de la lluvia para sentirme fuerte y poderoso. Era vivir como los dioses de los mitos y de los cuentos, tan desconocidos como ausentes. Pero así te hubiera conocido en los relatos de mis fantasías y quizá fueras para mi, la musa de mi alegría en mis castillos imaginarios...

Veo la gente que transcurre apurada en medio de la calle para protegerse del aguacero que no perdona y no pasar así un mal rato. Sin embargo, tu recuerdo aparece entre los sorbos de mi café bajo el cielo oscuro y furioso, entre el frío que se asoma atrevido y molesto de mi casa. Así te imagino mujer, rodeando mi cuello con tus brazos, como una tímida niña de ojos grandes y delicados. Como tú eres, un tanto asustadiza y nerviosa que ahora me pide que la abrace fuerte y sin distancias. Apareces de pronto en mi corazón solitario y distante, entre los andamios de una historia de corajes que anhela no dejar ahora de recordarte...

Yo también supe tener entre mis manos las revelaciones de mis tiempos y saber el por qué no te conocí antes. Pude rebelarme a no ser como los surcos inundados, los caminos perdidos y sin sustento porque sé que ellos no me llevarían a ninguna parte. Sin embargo, al contemplar después de mucho tiempo la magia de la tormenta, no tengo menos que sonreír porque ahora sé que te amo, porque hoy puedo volar dónde estás sin que tú lo sepas y sin que tú puedas impedirlo. Será tal vez porque quiero guarecerme de una vez de las inoportunas goteras de mi tejado roto y convencerme de que deben de quedarse así, que no hay más que remendar al viejo techo de los pensamientos...

De repente, quiera abrazarte en un mágico final, decirte que nos vayamos del todo y de todos o quisieras bailar conmigo el concierto del aguacero y de la tierra que se enloda ¿Verdad? Jugaríamos como niños en el barro, reiríamos como nunca por lo que el tiempo nos regale y entonces, podríamos sellar lo nuestro con un beso largo inundados de la esperanza y el fuerte viento, cumpliendo así si tu quieres, nuestro mejor deseo...

Roque Puell López Lavalle

Tratos y maltratos



¿Quién pudiera volver a ser un niño para no mirar los embustes del ladino y no darse cuenta de las malas artes del embaucador que no se toca el alma para dar cuentas a su señor? ¿Quién fuera el que encontrara la verdadera razón del contentamiento cuando el mezquino se alimenta de los dimes y diretes que no valen un centavo de cariño y de compasión? No por mucho madrugar se amanece más temprano ni tampoco hay los muchos sabios que nunca se equivocan, solo estarán los grandes reconociendo sus pecados y sus victorias...

Mentiras y verdades, honestidad e indiferencia, son los caminos intrincados del impenitente. No se sabe entender el hambre quien en su infancia no pasó necesidad, no se sabe qué es sufrir un desamor cuando en la vida siempre lo quisieron y nunca ha sufrido...

Así es el caminar, lleno de experiencias y de sentidos, muchas palabras y ¡Cuánto hay de los espíritus resentidos! Quizá será de los que se extravían en explicaciones sin sustento o de las mujeres que se van y que se muerden fuertemente los labios sin arreglar lo dañado o llorando a mares perdiendo el tiempo…

Sombrías realidades son las que busca el inconsciente, muchas ganancias tendrían entonces los impostores porque los hombres vanos siempre han existido pero ahora dicen todavía que han cambiado. Quizá pueden sentirse vencedores, inventando y consolando a fantasiosos pero ¡Ay! que pueden terminar siendo unos perdedores...

¿Quién podrá mantenerse entonces en la verdad? ¿Quién será el que triunfe al final? Tal vez sea para aquél que busca y encuentra o para el que siembra y cosecha, porque al final la brega y la lucha es para los sensibles y fuertes o para las sufridas, pero aguerridas mujeres. Los alegres siempre estarán sonriendo y viviendo su desgracia interna, payasos de saco y corbata que cantan alabanzas enseñando que todo tiempo y el que viene es mejor. 

Quizás tengan algo de verdad porque ellos ya pasaron los embates de la adversidad sabiendo llevar las derrotas con humildad. Tal vez se han dado cuenta que no todo en la vida son sufrimientos y portazos, también es sabio no vivir siempre bajo la sombras de un cadalso o bajo las cadenas de los escondidos maltratos…

Roque Puell López Lavalle

Si no muere antes




No entiendo la voz extraña de la gente que pregonan tener sabiduría cuando escuchando sus alegatos me doy cuenta que son puras mentiras. Ellos nunca vivieron en mejor estado porque siempre tuvieron miedo y tampoco dejarán vivir porque ellos ya están muertos. ¿El caso típico del perro del hortelano?

Acaba de promulgarse una Ley de igualdad que no tiene ni pies ni cabeza en el país de las grandes oportunidades. Pero ella tiene una moral insufrible y despreciable. No admite diferencias en su composición, ignora otras formas de interpretación, es más bien una dictadura de insultante imposición. No siempre lo que el hombre cree como verdad lo aprende y no siempre lo que el hombre haga por su prójimo es suficiente. ¿Por qué creer?

No debo de aceptar ese nuevo estilo que está por los suelos y es tan cambiante como las tormentas de arena en los áridos desiertos. Una vez podría ser consecuente para el más ilustrado, pero traidora y sin escrúpulos para el hombre contemporáneo. Se ha dado en un desorden mundial y muchas son las desesperanzas en un afán mercantilista porque hay menos justicia para los pocos y más indulgencia para los demás. Que estemos así no es por la evolución del hombre, válganse las protestas para que no creerle más, es el hombre quien no quiere administrar la sapiencia que lo hizo capaz. ¿Será pues un animal?

No tengo por qué olvidarme de Tu silencio cuando por nosotros el reclamo es manifiesto. Que el juicio viene tanto para el que sin alma pervierte como el que apoya indigno a la muerte. Será que la ruina de generaciones vienen por los inicuos, cobardes pero no por los incapaces. Por aquellos "sabios" que confunden el valor con precio o a la libertad con el libertinaje porque sus pensamientos y argumentos, se asemejan más a la de un asaltante.

No quiero escuchar el camino de avanzada de los mil destinos que estos me pueden ofrecer. No es rebeldía lo que me invade, es más que un pensamiento el que debo emprender. No siento mis brazos, me he cansado de pelear. No siento mis ilusiones, han preferido dejar de soñar. Que entonces ellos paguen por los actos de injusticia cometidos pero que Tú liberes al que sin compasión es perseguido. Que sepan todos que toda mala decisión tiene una consecuencia, así sea grande así sea pequeña y son Tus palabras son las que no pueden ser burladas por una humanidad indolente y sin conciencia..

Vanas entonces serán las lágrimas, vanas las maldiciones proferidas, el juicio viene sin misericordia. La ira atrae la ira, la espada forjada al hierro y el volcán inflamado ya no se apacigua con ruegos. Sufrirá pues la humanidad, tarde o temprano, buscando la razón o huyendo de ella, qué más da. Pero vendrán cielos nuevos y nueva tierra en el futuro, no habrá entonces más dolor, se iluminará nuevamente la esperanza, pero es verdad también, que esta semilla no germinará, si no muere antes...

Roque Puell López Lavalle

domingo, 28 de junio de 2015

Lo único que tengo yo, es el silencio..


El mundo se estremece y me pregunto por qué, si siempre existe lo mismo. El alma es testigo de la vida de los habitantes del otro mundo, de las preñeces que llenan la tierra de mi nación, de las vastas colinas y de los refugios del hombre sencillo, de aquél que no sabe nada de su futuro. Aquél que se encuentra sudando y trabajando, tal vez azorado por las reprimendas de su patrón. Otrora quien fue el guaso, hoy es el indiferente y cretino, como todos los del galpón.

Qué belleza es la descripción de la flor y qué los delirios de las palabras de inspiración, qué claro entienden las lenguas humanas acerca del hombre que hoy naufraga en las aguas de la extinción. Se imprimieron interminables copias de lo absurdo en las miles de mentes y sentimientos de aquellos que nunca lo experimentaron. Sin embargo, queda en el tintero, la conciencia de la falsedad como si fuera cierta la tremenda traición. Buscará entonces el agua para su molino, llenará sus tinajas de la mentira, lo que piensa de sí mismo y las caras de su resignación.

Bruto mató a César y Judas traicionó al Maestro. La historia de siempre, la manía del ser humano que suelta siempre al delincuente y manda al cadalso al más inocente. Pruebas del destino o designios del legislador corrupto que no quiere beber el trago amargo, de su esperada prisión.

Pero las mentes mundanas no conocen todavía los absolutos de la vida, la verdad y de la muerte pero si los relativos de la miseria y de la riqueza robadas en una simple y sencilla decisión. Es que se casa la farsa, la fama y la deslealtad con la virginal candidez que no conoce la insensatez. No comen juntos el gato y el ratón, tampoco están unidos la buena voluntad y el reconocimiento a Dios. Que si todos descubrieran la verdad, que si todos conocieran la justicia, se acabaría la conciencia del incapaz. Iluso es pensar que viviremos cien años y que veremos pronto los cambios de estas cosas. Cielo nuevo y tierra nueva es la esperanza del sediento, el cumplimiento pronto de un mandamiento porque si siguen así los necios, lo único que tengo yo, es el silencio…

Roque Puell López Lavalle

Escucha: https://www.youtube.com/watch?v=6SvxaNQ6d7M

domingo, 24 de mayo de 2015

Los ojos


Los ojos dicen mucho lo que las palabras no dicen, o simplemente mujer, ésas palabras, no las quiero pronunciar. Mi pensamiento anhela lo que siente y mi silencio prefiere que no sepas nada, que es mejor así, que no quieras preguntar...

Aunque intuyes el lenguaje extraño de un corazón que no conoces, no imaginas el por qué de ésta despedida ni la razón de éste adiós necesario. Y marcha sobre marcha es el destino, porque pronto se alejarán nuestras miradas y nuestro decir quedará sin sustento...

Tus ojos me lo dijeron, no necesitaste confirmar la verdad. Intuía que no podrías saber de mí si es que no te lo recordaba ahora en mi más encarnado pensamiento. Era como una poesía que se hizo canción, un llamado de mi lejano corazón al tuyo y significaba que quizá nunca más me podrías escuchar.

Buscarás una señal para poder hablarme y sin embargo, estaba entre mis manos tu recuerdo que yo no habría de olvidar. Tu voz generosa, tu risa a veces nerviosa pero que con la mía pudiste conocer para siempre la verdad...

Me querrás encontrar inútilmente en el pasado porque no me conociste nunca como hasta ahora, pues viví en la soledad de mi tiempo, en el anhelo de un cariño sincero y que mis ojos hasta este momento no se atrevieron a demostrar...

Querrás entregar con tus generosas manos lo que algún día me brindaste con humildad, más yo estaré fuera, muy lejos de ti esperando en mis vanas ilusiones una palabra tuya o una llamada que nunca te animaste a dar...

No me atreveré a decir nunca lo que siento por temor o cobardía que es lo mismo, no querré romper la magia de tu mirada por nada que te enoje por atrevido. Prefiero decir con mis ojos a los tuyos cuando te vea o me vaya lejos, lo que mis palabras no lo hacen abiertamente...

O tal vez mujer porque mis palabras... ¡No las quiero pronunciar!

Roque Puell López Lavalle

sábado, 23 de mayo de 2015

Creo


Creo que si en mi corazón hubiera tenido la libertad para llegar a las fronteras de lo absurdo y hubiese querido olvidarme de las vanas palabras que marcaron mi destino, sería de repente de otro semblante, quién sabe si mi pensar no hubiese el mismo o tal vez sería contagiado de la misma indiferencia que les atañe a todos los seres humanos...

Creo que hoy sería como un viajero que va hacia lo desconocido donde el timonel de mi existencia intensa lo llevaría yo en los mares tempestuosos de la vida. Pero de esta manera ignoraría también, todas mis emociones y mis experiencias gratas, tan llenas de paz como de un contentamiento que no cupiera en mi corazón...

Creo que mi voluntad debió tener más sabiduría para no esperar a los santos que no hacen milagros y no tomar las cosas con tanto atrevimiento porque más se apuró mi alma en algunas fantasías sin nombre, que discutir las sinrazones de la niña mora por ser una quimera. Al final de todo lo ocurrido, ahora sé que aquellas emociones se fueron al cielo, donde no hay barreras sin cercos que oculten los sentimientos...

Creo que mi felicidad no se hubiera quedado trunca si en mi juventud no hubiera reinado la ignorancia de creer en las promesas del amigo incierto, aquél que estaba escondido entre los matorrales del misterio, profiriendo endechas y palabras vacías de insana melancolía. En tanto que se perdieron las intenciones, se afianzaron las ingratitudes…

Creo que mis emociones dadas en la estación otoñal, debieron buscar siempre un lugar seguro para protegerme de las mentiras verdaderas. Debieron blandir siempre una espada aguda contra todos los falsos maestros que venían disfrazados de bondad y fundamento, para no caer después, de esa vana manera con mequetrefes que no tienen ningún sustento…

Creo que mi mente no debió creerle a mi corazón sediento cuando le dijo que todo futuro sería diferente cuando en los tiempos del amor, no existieron nunca renglones de la verdad sino castillos que bulleron en el aire donde se expresaban jubilosos, pero la realidad fue falso porque todo ello no fueron defensa alguna ni para el más iluso, ni para el más ignorante…

Creo que hoy mismo, si quisiera pensar que mi manantial se volvió como un desierto, sería entonces cierto explorar otros bastiones y así olvidar mi propio destierro. Podría ser entonces que así encuentre la dicha negada en otro tiempo y así dormiría en paz sin tanto sufrimiento. Por eso hoy sé que en estos avatares, la esperanza no muere nunca y la fe tampoco se diluye en los brazos del apocamiento…

Creo que Dios permitió las circunstancias y las contiendas en mi vida fue porque Él siempre fue testigo de mis grandes encuentros y mis terribles desaciertos. Hacedor es Él de Sus designios en los días cumplidos, quedé yo solo en la sinceridad de mis actitudes, en la verdad de mis sentimientos y si estas emociones no me las creyeron, lástima, esos se quedaron para siempre sin mi sólido fundamento...

Roque Puell López Lavalle



jueves, 14 de mayo de 2015

El bohemio


Amigo de la noche, compañero de las tertulias, hoy deseas cantarle al mundo lo que piensas, lo que no quieres y quizá lo que tal vez sueñas. Hoy ya no te esperan las formas del lenguaje ni la retórica del mensaje, hoy has roto con todas las reglas queriendo exponer lo que sabes...

La gente se pierde por la calle y muchas buscan el barullo de los bares, aquellos que no los cierran y los que no duermen. Quieren ahogar sus penas para buscar las respuestas a su efímera existencia y se ven con amigos de pocas esperanzas en su ser... Vives una vida libre y sin rencores para sentir en tu persona el arte mismo que te encuentra, sin mágicas enmiendas y sin grandes acompañamientos.

Las pinturas que ahora expones en la galería y que son tuyas, son ahora como tú las deseas y expresas. Pinceles, óleo, pasteles, sombras o esculturas, grabados y desengaños, eso para ti amigo, es lo mismo. No te importa tampoco el cántico triste del músico o el lamento de un corazón apocado porque tú fuiste también como uno de ellos pues tocabas las notas de tu acordeón para tu amada pero ella a la verdad, no escuchaba ni una sola nota ¿Para qué? Solamente sabías que ella existía en el recuerdo de tu corazón. ¿No era acaso lo que tú esperabas? Sin embargo, ahora si eres un docto de la vida y del dolor, te ríes del que se ufana en creer que toda la existencia se resume en un pañuelo y que más allá de las distancias, no existe nada o que su vida es mejor solitaria. Sin embargo, ¿Crees tú semejante patraña?

Pero "la vida es un carnaval", dijo mi amiga y no quería su vida enderezar. Pocos sabían que había perdido todo en el juego del traga-monedas y pronto se escuchó que su corazón se le fue como un suspiro. Nosotros recién nos enteramos el mismo día de su funeral. Hoy pocos se acuerdan de ella pero lista como era, dejó sus pensamientos en una cuartilla. No muchos de nosotros; supimos la suerte de ellos, quizá los publicaron en un pasquín o se perdieron en algún pensamiento...

Y ahora que vienen los comicios, ¿Por quién vas a votar? Ah, pero tu voto es nulo y es un secreto a voces que no tienes una cédula de identidad. Sé que conociste a muchos candidatos pero en este tiempo... Recuerdo ahora que tú lo fuiste alguna vez, ¿Quién te desanimó para renunciar a las armas del poder si fuiste un temerario reformador? No lo sé. Dicen las malas lenguas que perdiste tu oportunidad por un traidor a tu causa. ¿Por qué entonces te retraes ahora? Y ¿Por qué miras de soslayo al contendor?

Si, ya sé, tú prefieres la vida sin capitán que te dirija al camino largo de la corrección. Otros alegan que a los amigos hay que quererlos como son, lo sé porque yo también fui un bohemio y un jugador, filósofo de la vida, crítico de arte sin pinceles ni palestra. No obstante, siempre estuve con la mirada altiva, orgulloso, valorando a los amigos leales como tú y veo ahora que nunca te fuiste como los ingratos que no me visitaron, ¿Será por el valor de nuestra amistad?

Roque Puell López Lavalle

Rayito


¡¡El godo!! Rayito, ricachón, bebito, godito ¡¡TE NOS FUISTE!! ¡¡TE ME FUISTE!! Tú que me recibías con un miau en mis noches de insomnio, el que me saludaba primero en las mañanas pidiéndome tu comida..

Tú que ayer junto a Dulcinea, tu madre, se espantaron cuando gritaron ¡¡Goooooooool!! Los vecinos y yo tratando de contenerlos en la ventana y hoy antes de que tu corazoncito parase de latir, estuve allí abrazándote.. 

Te quiero gordito, lo bueno es que lo sabías. Rayito no era un gato cualquiera, era un gordito lindo, tenía su carácter indomable, no le gustaba que lo carguen mucho  (por eso no tengo muchas fotos con él) ¡¡Lloraba desconsolado!! 

Era un comelón, pillín, traviezo como él solo ¡¡Parecía un niño!! Tenía apenas 2 añitos... 
pero el 8 de Marzo iba a cumplir tres..  ¡Era un gato consentido! 

Elizabeth Puell Hidalgo

sábado, 9 de mayo de 2015

El niño dios


Le decíamos "niño dios" no por la Navidad sino porque nos caía mal. A alguien se le ocurrió definir esta alusión medio mística para este hombre que "podía estar en todas partes, pero nadie lo podía ver", ¿No era cierto? Y aunque esta frase fue dicha con sorna; también era la verdad, no lo soportábamos por su carácter tan especial.

El tiempo siguió y la patota se fue desintegrando y todos tomamos un rumbo diferente, unos fuera del país y otros quizás en el páramo donde el diablo perdió su poncho. El niño dios también partió y pocos también nos enteramos a dónde fue a vivir. Pese a todo, tenía algunos rasgos dignos de mencionar. Fue un buen artesano, trabajaba los metales nobles con finura y detalle en la joyería y en los acrílicos. Sus obras eran de extraordinaria belleza. Los fines de semana se le podía encontrar en la Rotonda de Miraflores donde se podía apreciar su obra estupenda. Como padre adoraba a su única hija y como se dice en el barrunto, "le faltaba el babero" por la niña de sus ojos. No tuvo igual fortuna con su esposa y adivino que ahora él no es alguien que pueda quedarse solo por mucho tiempo.

El oficio de "quemasangres" creo que nunca lo dejó pues su fama era tal que hasta su familia se lo recordaba por ser uno de los hermanos mayores. Hoy está en sus propios negocios, viviendo sin sobresaltos con lo liberal que siempre lo caracterizó, cuestionando todo y sin llegar a puerto seguro. Así son algunos amigos de espíritu libre, él sigue pareciéndose a un Mick Jagger irreverente, extraño, como el niño dios que está en la luna de Paita y en el sol de Piura, burlándose de todo el mundo aunque nadie por ahora, lo quisiera ver...

Roque Puell López Lavalle

jueves, 7 de mayo de 2015

Yo no he sido profesor


Un compañero de clase, en el colegio donde yo estudiaba, acusado en una gran falta, a las pruebas se remite y con el palo cayendo en su mano por el maestro, eleva muy firme y orgulloso su descargo: ¡¡Yo no he sido profesor!!

Y como nuestro guía era sabio, aplica el correctivo pero el travieso movido a la picardía no desmaya en su defensa y en el afán de airoso vencedor, replica de nuevo sin vergüenza alguna: ¡¡Yo no he sido profesor!!

Imperturbable el profesor nuevamente que enfila la palmeta y el alumno vivo, terco como mentiroso, siempre desafiante contesta con el cinismo que lo caracterizaba entonces, respira y embate: ¡¡Yo no he sido profesor!!

Nosotros, nos preguntábamos en qué momentos se acabaría el castigo incesante porque él vivía los estragos de la disciplina, pero, no cejó su recia defensa y ofende: ¡¡Yo no he sido profesor!!

Hasta que el docente se mostró sereno, serio, parco e indolente y le replica algo alterado pero con firmeza mirándolo a los ojos: ¡La verdad estudiante! El muchacho estaba de colores y esta vez jura por el tormento: ¡¡Yo no he sido profesor!!

Otra vez como antaño, el educador aplica el dicho consabido: “La letra con sangre entra” y no por ello deja al estudiante. Ésta vez el jovencito regala lagrimitas a ver si conmueve al profesor y sin pensar en lo que esa vez dijo, sentencia: ¡¡Yo no he sido profesor!!

No hay nada que hacer, el amauta sigue al impenitente y éste que ya parecía quedarse sin mano, sintiéndose derrotado al fin, entre lágrimas verdaderas y sollozos se confiesa después de tanta majadería: ¡¡Yo si he sido profesorrr!!

Nunca nos olvidamos de esta anécdota en nuestro recordado centro de estudios. Aquellas aventuras y vivencias, aun otras de mucha originalidad por nosotros. En nuestras reuniones anuales, le preguntamos curiosos al chancho: ¿Cómo pudiste, cómo lo hiciste compañero para cometer semejante payasada? Entonces él, ahora padre de familia de dos hijos, en esa oportunidad socarronamente nos dijo:

¡¡No sé cómo lo pude hacer muchachos, porque yo, nunca lo pude comprobar!!

Roque Puell López Lavalle

Ce la vie, André...




André Mogard había decidido tener una vida más alegre en la que podría definirse como relajada y divertida. Habría que superar la crisis existencial y así pensar en las posibles conquistas que podría disfrutar. No faltó el gran encuentro con uno de sus mejores amigos de muchacho, el siciliano Robertino, aquél mediterráneo, de cabellera ensortijada y ojos negros, afincado en Francia. De apariencia paternal y pausado él, le dijo que una reunión se organizaría en la Fábrica de Metales aprovechando el Feriado después de un arduo trabajo.

André aceptó de mucho gusto y pensó que ya su semana estaba hecha y se puso sus mejores galas. No le faltó la sarita ceremonial y el cuello blanco de la camisa almidonada, escondía una fina corbata. Acompañado de sus zapatos brillantes y escarpines, llegaron a la casa. El humo de los cigarrillos, la música del ambiente, delataba las risas alegres acompañados de los brindis continuos del dueño de la residencia. Alegraban los ojos y las emociones, las damas presentes que se prestaban algunas para una noche sin retorno.

Robertino le había alcanzado una copa a su amigo cuando este se quedó prendado de una bella mujer. Se dio cuenta que era correspondido y casi inmediatamente, se embarcaron en una charla amena quedando luego en un encuentro próximo. Un paseo en el lago en una tarde soleada sería magnífico para André y Brigitte quien aceptó con timidez la invitación. Él la acompañó a su carruaje y el cochero arrió los caballos desapareciendo muy pronto..

André llegó a su casa emocionado. Durmió pensando en la siguiente semana como si fuera el día de la patria. No obstante, el gran encuentro no pudo darse. Tenía que cumplir un viaje urgente al interior pues la Jefatura lo había designado. Enojado y confundido, gritó con impaciencia para sus adentros por esta ingrata situación. Recordó preocupado a Brigitte y quiso avisarle pero no pudo hallarla Resignado se fue a la estación yéndose cabizbajo a la diligencia que tendría que cumplir.

Le pareció una eternidad. Regresando y saliendo presto ya de su trabajo, nuevamente se encontró con su gran amigo.

"¡¡Robertino!! ¡¡La suerte me ha sido propicia!! ¡¡Te he encontrado!!"

Hola - le dijo fríamente

"¡¡Ha pasado tan solo una semana y no he podido ubicar a Brigitte!! ¿¿Me puedes decir que ha pasado con ella?? No responde a mis llamadas…"

Veo sorprendido que no te has enterado. ¿Cómo podrías saberlo? - Dijo Robertino

"¿¿Qué ha sucedido amigo??" Preguntó André con semblante sorprendido…

Brigitte murió el Jueves pasado. El conductor de una calesa no la vio y no pudiendo controlar el armatoste se fue contra ella y también hacia su pequeño hermano Pierre. Ella dejó esta vida instantáneamente pero Pierre quedó muy grave en el Hospital. Lo siento.

André desencajado, solo atinó a escucharlo pensando el por qué la vida se había ensañado contra ella, siendo ella tan joven y bonita. Una gran tristeza embargó su corazón. Pensaba lo peor, no lo podía creer. No podría cambiar las circunstancias porque la muerte ya había cumplido su misión. No pudiendo más, lloró amargamente...

Robertino, observándolo, conmovido y lleno de pesar, se adelantó hacia él y le dijo éstas cortas palabras: "Ce la vie André", "Ce la vie" y terminó yéndose por la calle principal...

Roque Puell López Lavalle

Pensando en voz alta





Renuncia al sueño de la apariencia, a la melancólica inocencia de esta vida. Prefiere la adrenalina de las caídas libres, al ocaso de un portento, al cielo de un instante, al atardecer lánguido con un sol que lo entretenga. Busca entre las fieras la razón de tu fuerza, busca en el mar tan inmenso un silencio, quizá encuentres allí el sonido de tu momento...

Y si caes alguna vez en lo que te espanta ahora, son más las esperanzas que buscarías en vez del quebrantamiento de tu tiempo, sin amarguras presentes y sin resentimiento. La razón se encuentra en la batalla que enfrentas, en el heroísmo disfrazado del mentiroso, y mejor es la muerte honrosa,-- que la muerte obligada y sin mañana. La lucha reclamará lo que es suyo pero la quietud te será dada cuando tú la busques en el laberinto de tus entrañas o en el fragor de tus añoranzas.

¿Quién sabe si en tus corazonadas se encuentre la respuesta? ¿Quién sabe ahora si puede ser en lo irracional de tu pensamiento o en la inteligencia encuentres lo que tanto anhelas? A veces las oportunidades se presentan en las desgracias de quienes la encontraron o en el mundo de un fantasioso que siempre inventó las cosas. No lo sabes todavía porque vives esclava del trinar de los pajarillo en tus anhelos. La libertad te espera en los momentos que sonríes y en las aventuras que te esperan sin modelos y sin reglas. Pero al parecer, todavía no te has dado cuenta.

Tal vez pudieras leer un poco de las epopeyas antiguas y el por qué ganaron los griegos, quién sabe encuentres la razón de su sabiduría y no tanto la pasión de sus conquistas que fueron tan superfluas. Todo estaría hermoso me dirás, ser un héroe sería una ventaja pero no te olvides de Dios, él es el Amo de las circunstancias y es el Único de las oportunidades aun cuando todo está oscuro. Y si la locura de la vida te alcanzara, piensa una vez más que en las entrañas de la tierra y en la oscuridad más densa, allí siempre encontrarás la razón inequívoca de Quién es que te sustenta. Así llores y protestes, así patalees en medio de la indiferencia que acusas, el fin de todas las cosas, es tu propia experiencia..

Roque Puell López Lavalle

El Corazón de la música


El encuentro, la inocencia, el beso tierno del inmenso amor que te profeso, es solo recordado por tu mirada lejana en la mía y por lo que me doy cuenta que no lo puedes adivinar. Mereces que te lo diga y sin embargo, callo por el ruido de las miradas indiscretas, tan indignas son que no comprenden cómo es el corazón de un estudiante como yo. 

Tú eres libre como el viento y con la mirada puesta en la sencillez de la vida, hablas sin saber que el remolino de mi querer busca tu mejor sonrisa y mi corazón sabe ahora que vivo contigo ilusionado. Lo que yo daría porque supieras que la vida merece tenerla a tu lado, porque ya podría decirle al mundo que te amo y tener la dicha que mi sueño al fin de cuentas, se hizo realidad. 

No sabes que entre tú y yo existe una cálida mirada y no simples palabras. Las intuyes pero no las comprendes, las repites pero no las crees, la simpleza de no entendernos son las cosas que nos pasan a nosotros. Y te sorprendo, me despido indiferente y sin duda te extraño para que en mi mente vuelvas a verme y me quieras tanto como yo a ti. 

Pero ahora despierto, el corazón de la música cala en mi interior, me trastorna, me dice que lo nuestro no podría ser. Sufro por eso, por amor, por lo imposible, por lo infeliz que me siento y por las hojas del otoño que ya cayeron en mi ser, pero al lado de tu frondosa primavera. Sin embargo, te añoro y el esperado encuentro de nuestros mundos, me convence que existe solamente una esperanza, aunque sea para saber que lo intentamos. 

Más tu noble corazón y tu risa infantil no lo percibe, no sabe que nuestro amor tiene muchos caminos. Enamorarse del amor no vale cuando el ser anhela una persona real para triunfar. El silencio me traiciona y me hace vivir fantasías, el volar en el firmamento, el estar libre de temores y el querer bailar contigo, es mi deseo. Acaso después me regalarías un beso, confirmando así el anhelo de mis calores..

Roque Puell López Lavalle

miércoles, 6 de mayo de 2015

La distancia y el dolor del amor


Dos corazones que amaban con sentimiento, de pronto se alejaban. Que feliz es vivir con la mano en el corazón y bonito vivir con el alma tranquila, con los ojos relucientes de amor. La sonrisa ingenua de niña enamorada pareciera volar en las nubes. Ese es el primer amor...

Es tan linda la cercanía y tan triste la distancia. El destino desgarró el amor y lo convirtió en dolor; mientras tanto, esos corazones agonizaban. En la distancia, la vida parece no tener sentido, no más sonrisa ingenua...

Esos corazones hoy en la distancia, lloran sin cesar. Aquellos ojos relucientes, ya no brillan más. Qué triste es amar y no poder amar.Es tan linda la cercanía y tan triste la distancia, te amo...

Lía Puell Hidalgo

El último abrazo


Diez y nueve años que te fuiste madre mía y tu recuerdo vive aun conmigo. Contemplo las fotos en el álbum que me dejaste y al hojear algunos cuadernos tuyos, encuentro lo que escribiste en el pasado y vaya que ahora es una inspiración para mí. Doy gracias a nuestro Dios porque soy lo que soy porque me enseñaste a luchar por la vida así como también lo hiciste por el amor, la verdad, el coraje y la perseverancia en medio de toda circunstancia...

Nunca olvidé tus consejos para ser el mejor siempre y fuiste un gran ejemplo para mí. Cómo olvidar el amor que tuviste a mis hijas cuando estuviste con nosotros, tus adorables nietas a quienes amaste y cuidaste con dedicación, preocupándote también por sus estudios cuando fueron al colegio. Ellas tienen los libros que les regalaste y son una heredad de su recordada abuelita. ¡Gracias mamá!

Cuando vienen mis días malos, me siento como un niño asustado que quisiera guarecerse en tu regazo y me regocijo en el recuerdo cuando era pequeño y me cuidabas de los peligros o cuando estaba enfermo y velabas junto a mí. ¡Gracias por los remedios feos! Te amo madre mía, como si fuera ayer y en los últimos meses cuando ya no pudiste hablar, me diste el último abrazo consolando mi profunda tristeza, así en el silencio del día, pero con tu gran corazón...

Sí, fue mi último abrazo que la enfermedad no te quebró; porque fuiste más fuerte que ella, venciéndola lejos con tu amor de madre. Te amo madre mía, ¡Cómo olvidarte! Estás ahora con Dios en su mansión celestial y realmente feliz en Su presencia. Y aunque ahora te extraño, estoy seguro que más tarde o más temprano, nos volveremos a encontrar. Hasta entonces mi linda madrecita, siempre estás conmigo, ahora en mi vida y también en mi corazón.

Tu hijo...

Roque Puell López Lavalle

Bells

Bells
La amistad entre un niño y un perro suele ser peculiar. Grandes encuentros, muchas anécdotas y un sinnúmero de emociones. Recuerdo a Bells mi perro adoptado, un Setter irlandés negro, peludo, cuyos dueños, unos españoles de la Panadería al frente de mi casa, lo criaban y era mi amigo a todo dar. Todos los días cuando venía del colegio a eso de las 5 pm allí estaba esperándome fiel a la hora, sentado como si fuera un empleado público...

Yo gritaba entonces, ¡Bells! ¡Bells! ¡Bells! Él, apenas me veía, corría a la velocidad del rayo meneando fuertemente su cola y ladrando como podía, luego me tumbaba con sus patas delanteras y jadeando me prodigaba sus lamidos hasta que yo lo abrazaba dándole mi inmenso cariño. Lo llevaba después a mi casa y le daba de comer. 

Mi mamá no llegaba del trabajo hasta más tarde así que le daba mi almuerzo, era la ración del momento para luego jugar incansables con una pelota vieja. Cuando se marchaba, y lo hacía puntualmente, recién me ponía a hacer mis tareas del colegio. ¡Qué terrible! Pero sucedió que una vez le dio la enfermedad temible de los perros, el "Distemper". Recuerdo que cuatro grandes limones colgaban de su cuello ¡Uffffff! Yo pensé que se iba a morir pero él infaltable, nunca dejaba de estar conmigo todos los días con su curioso "collar" amarillo.

Sin embargo, un día tuve que mudarme de casa, las despedidas de barco no parecían terminar pero tenía que partir a un barrio nuevo. Con pesar y todo abracé a mi perro adoptado. Era fin de año, el colegio terminaba y la mudanza de mi casa tenía prisa. Me fui con el recuerdo de nuestras aventuras, como el niño triste que era porque era mi único amigo, leal y callejero. Lo extrañé mucho pero ni modo, otras experiencias y quién sabe qué cosas, me esperaban...

Por algunas razones que no recuerdo, mi mamá regresó pues tenía que hablar con mi tío muy cerca del parque y de la Panadería donde vivíamos. Solamente habían pasado tres meses así que insistí para ir allá y saber de mi adorado animal. Yo entonces emocionado y tomando la "Ñusta", famosa gaseosa de aquél entonces, la hija de la dueña nos explicó que Bells había muerto. Un carro lo atropelló muriendo instantáneamente.

Se me cayó el mundo, la garganta se me hizo un nudo e hice denodados esfuerzos para no llorar aunque mis ojos vidriosos me delataban. Tenía apenas catorce años y mi mamá se apenó un tanto también con el relato, no pensó que en tan corto tiempo podía haberle sucedido esta desgracia a Bells, un accidente fatal que acabó con su vida.

Pasaron muchos años desde aquél entonces y cuando hace algunos meses pasé por allí, me di cuenta que ya no existía la Panadería. El parque estaba muy lindo; lleno de flores, todo muy cambiado y me acordé de mi perro Bells. Pero miré también la esquina donde bajaba del bus del colegio, vi a mi perro imaginario corriendo y recibiéndome todo atolondrado. De alguna manera mis emociones encontradas entre alegrías y tristezas, volvieron nuevamente a mí mirándome de esos catorce años. No lo podía creer y me dieron ganas de llorar...

En fin, dicen que el perro es el mejor amigo del hombre y de un niño que ya creció, pero que no dejó de recordarlo en un tiempo en que los dos se querían mucho y que el juego diario de los dos inocentes, si los unió para siempre...

Roque Puell López Lavalle