sábado, 26 de octubre de 2019

Sin luna llena


En esa noche fría, cuando se oía el silbar de los vientos, ella le dijo a su compañero: "Te amo", pero esa palabra le parecía a él muy lejana pues era como las luces de un firmamento estrellado pero pensó que ese susurro tal vez sería una verdad o quizá era solamente una promesa. No obstante, la voz queda que él escuchó, caló duro en su ego de hombre inflamado no teniendo ninguna respuesta que dar desde sus confusos presentimientos...

Pero por la mañana al despertar, veía un matiz de luces de colores en su imaginación y quizá por la alegría de verla por el amor que él amablemente le prodigaba, se sentía feliz. Sin embargo, tal como es una ilusión; que va y viene, de esa manera también, se hacían vanos sus deseos...

En el transcurrir de los meses, no sucedió lo que él anhelaba porque entonces, prevaleció inexorable, el correr del tiempo. Escuchaba como una voz firme en el interior de su alma, acaso fuera el dictamen final que subrayaba de esa manera una sentencia porque: ¡¡El romance se le estaba yendo de las manos!! Ida fue entonces, la ilusión de no tenerla y también ida fue, la fe de no encontrarla más. El amor que construyeron, se fue solamente acompañado de las alegrías que juntos habían sembrado con tanta ilusión. Y tal como se viven las tristezas, sin prisa y sin culpa, así también, se marcharon los afectos...

¿Y lo que soñaron para el futuro? En nada de nada se convirtieron porque todas las promesas se quedaron sin cumplir. Sus anhelos e ilusiones se perdieron y no hubo nada más que rescatar. Él se fue muy apesadumbrado y triste a su mundo incierto no volviendo a ser el mismo por un largo tiempo. Ella volvió a su vida de siempre, con sus laberintos y pesares, con su imaginario pretendiente que siempre lo soñaba y que habría de aparecérsele en algún instante. Pero para el hombre que fue burlado, fue la burda esencia de la frivolidad y el corazón desamorado...

Luego, en el cambio de las estaciones, en el invierno sombrío de las noches y el manto de la nieve que cubrían los montes y los bosques, él moría de la tristeza recordando las palabras falsas de ella y del deseo expreso que no había nacido nunca de su corazón que el había creído sincero. Los malos momentos según pudo darse cuenta, habían vencido por fin, el baúl de sus recuerdos... ¿Sería que alguna vez las circunstancias cambiarían? Nunca lo creyó. Todos se enteraron de su rompimiento por los vecinos que moraban continuos al acantilado donde ellos solían contemplar el mar...

Pero un antiguo amigo de los dos, el hombre cano de semblante grave, taciturno, muy leal a él, esgrimió temerariamente una respuesta: "Él se fue dejando un fallido recuerdo de sus vivencias, pero de su pasado con la inconstante, él nunca la nombró y solo se supo que ella se perdió con su nuevo compromiso en un día sin luna llena".

Ellos quedaron boquiabiertos por la noticia, pero él, cabizbajo, se alejó indiferente, serio, solitario, lejos de la vista y de los comentarios de los incautos. Terminando su cigarrillo, enrumbó tranquilo por el camino empedrado del conocido "Boulevard de los espejos"...

Roque Puell López Lavalle


martes, 22 de octubre de 2019

La Misión



Montes engalanados de tupida vegetación, abismos insondables, selva impenetrable, húmeda, de olor a madera mojada, es un mundo que no ha sido explorado. Pero ahí se encuentra, soberbio, imponente, solitario y hermoso a la vez, un paraje que no se conoce, un monte sin luz del sol, una aventura que invita a una vida peligrosa y que sin embargo busca entre los más avezados, una oportunidad, un rumbo inexplicable, una rosa en flor, que finalmente quiere ser llevada por el conquistador...

Sin embargo, la lluvia torrencial acompaña al hombre y aquella densa neblina que envuelve su vida, lo enaltece. Ama la verdad en lo que dice, le importa el alma de los extraños, corre en sus venas el entusiasmo de los sueños y a pesar que escucha solamente su respiración cuando va cuesta arriba, quiere pasar de lo impredecible a lo que anhela profundamente para compartirlo. Es una dicha que no cabe en su corazón...

La fiera limita su territorio pero él quiere llegar presto para ser el primero. Será porque no le importa ni el tiempo ni la distancia, ni el recuerdo de su pueblo o la razón de sus amigos. ¡Qué carácter! El mensaje es el mismo: liberador, fuerte, impactante, consolador, nunca pierde vigencia aunque lo visite el martirio. Es el Amor de quien hace mucho se le adelantó pero que ahora toma todo su ser y su decisión. Usa de su violencia, de su naturaleza desnuda o mordaz, para no ser alcanzado por el rayo de la desesperanza o el trueno de la indiferencia.

Le dijeron loco pero ahora lo vive intenso, todos pueden cercarlo, pueden tocarlo y reírse con él. Porque a la ingenuidad de ellos se le adelanta la humildad y la sencillez que se le ve reflejada en su rostro, en la calidez de lo que él expresa, en su cuerpo maltratado porque atrás dejó su orgullo para ir ahora en pos de un ideal verdadero, monstruoso para los que no creen y único para los que lo aceptan con decisión...

La vida es una para contarla y algunos la conocen por las vivencias que contiene el Libro de verdades eternas. Del sufrimiento de otros se nutre el carácter o de los latidos de un corazón extraviado se afirman las alegrías pero permanece todavía el mismo llamado que cambia al hombre y anima al corazón apocado. La montaña lo refugia, lo soslaya, pero es generosa cuando comparte sus secretos...

¿Qué es aquello que lo apasiona entonces? La vida con propósito y el recorrido de los caminos que sabe que lo pueden sorprender. Es que existe el Dueño de los laberintos y de los árboles inmensos en las cañadas o el nativo de la humilde morada, del que él no pensaba que le daría la bienvenida con un sencillo saludo. No se imaginaba el corazón del que recibía su visita, el dolor de su despedida, tal vez de su mensaje y de la manera de compartirlo...

Solamente las almas que se doblegan ante la Majestad de lo que tú no adviertes, de la pequeñez que te hacen sentir ellos o la misma montaña, se ven reflejadas en el por qué los conociste. No eres tú el que conquistas y tomas para tí el honor. No, el conquistado eres tú que no sabes que la Misión que llevas de tu Mensaje y la candidez de tu ignorancia, te hace un vasallo, te convierte en un aprendiz y que solamente aportas tú, la intención de tu inocencia…

Roque Puell López Lavalle

 Click: https://www.youtube.com/watch?v=bz_hPXemfpk

miércoles, 9 de octubre de 2019

El marinero azul


Te harás a la mar para encontrar nuevos puertos, te irás pronto a contemplar su inmensidad y quizá a descubrir tu nombre. Buscarás la aventura, la providencia y la distancia sin límites dándote cuenta de que eres una pequeña gota en el mar que brindas a la vida. Serás testigo presencial del portento y de sus conquistas, de lo inverosímil de su bravura y te sorprenderá la calma de su grandeza y del sosiego en una noche estrellada. 

Renacerán tus esperanzas porque las tormentas pasaron y solo dependerá de ti que sigas un nuevo amanecer. Las orillas mojarán tus pies dándote la bienvenida y verás un mundo perdido en cada embarcadero. Verás la alegría de aquellos que se sirven del gigante para ganar su sustento. Las aves vendrán por lo suyo, los delfines estarán agradecidos, ballenas y orcas en majestuoso cuadro pasearán su libertad. Trabajo y más trabajo experimentarás en lugar de sentir el viento que todo lo destruye. ¿Creerás en las sirenas? No. Tú no escucharás esos cuentos porque el canto es del gigante y verás que cuando se enoja, se levantarán muy pronto, sus temidas olas...

Y será el suficiente compás de su vaivén el que experimentes. No le tendrás temor, mirarás la realidad de sus motivos pero cuando observes a los lugareños de todos los colores, te emocionarás por su bravura y ellos te lo agradecerán con un canto que te llevará a las profundidades donde ninguna perla se escapa sin que nadie la haya podido conquistar...

Agradécele entonces la oportunidad de soñar, pocos son los lugares que él ofrece para que le hables sin que nadie te escuche y que guarde tus secretos, de repente los más humanos o quizá los más terribles. Pero en el fondo de tu corazón díselo para que sepas que tienes un amigo que te puede entender. Una vez le dejé un barquito de papel con un deseo, él se lo llevó y aunque pasó el tiempo, él me dio sin duda, lo que mi corazón siempre anheló en ese momento...

Ese es el marinero azul, es intenso como el color del mar o tal vez es el ser más oscuro que se esconde misterioso para que nadie lo encuentre. No dudes en conocerlo en todas sus formas, alegrías y dificultades. Tal vez puedas soñarlo y no creerle, hablarle y quizá no te conteste pero se encontrará en tu pensamiento sin que te des cuenta. Sentirás la inmensidad de su amor y sus deseos de vivir por ti, aunque tú no te hayas dado cuenta ahora de quién te estuvo hablando en este momento...
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Roque Puell López Lavalle