lunes, 28 de febrero de 2022

Te encontré sola, mirando al mar


Te encontré sola mirando el mar, expresando acaso tus pensamientos o de repente, tus más caros deseos. También recorrías con la mirada el misterio de los martinicos que no conocías en la inmensidad del gigante. ¿Qué pensarías? El grito del viento envolvía tus cabellos y sin embargo, me di cuenta que tus palabras convertidas en plegarias; fueron hechas por tu alma en pena pero después, experimentabas la paz…

Al contemplar este océano, te vi como era yo porque antaño también lo visitaba en silencio. Era como el amigo que algo más debía de contarme o quizá darme un consejo. Hoy pasado el tiempo, lo contemplo igual, sobrio, cálido, lleno de esperanzas para decirle sin aspavientos que todavía te extraño, que quisiera acariciar tu bello rostro y verte sonreír nuevamente sabiendo que algún día yo te lo habría de contar o quizá, debería de guardar silencio...

Te pienso hablando al Eterno, me pregunto si estarás entre los nombrados ángeles fulgidos del mensaje o de la broma más divertida. ¿Dónde te podría encontrar? Solo me responde el silencio, tu respuesta inconclusa o tu amor negado para mí. Solo ansío saber si es verdad que estoy en el mundo de los vivos porque todas las intenciones que tenía anteriormente, ya entristecieron mi corazón.

Yo como tú, soy un ser mágico, apasionado y profundo, un todo o nada si estuvieras conmigo porque fuego o trueno sería mi amor por ti. No creo en palabras sensibleras y conductas principescas ¡Qué me importa ahora el comportamiento! Pero así me considero, vivo en la guerra más sublime, en destruir o edificar mi propia existencia para morir después en mi propia gloria…

No obstante, pasaron muchos meses que me parecieron años porque grande fue la soledad que sentí en la tormenta que nos enseña a entender que no estamos solos y que el amor siempre regresa, pero de otra manera. Pronto seré libre de lo que antes me aquejaba y volaré a mejores oportunidades. Aprendí que está bien perder con el enemigo más nunca debemos hacerlo con el miedo, por eso pienso que por una rosa negra, no se acabarán las estrellas y para entonces, mi vida será diferente...

En mis horas más sombrías, yo clamé al cielo por tu compañía, tú lo sabes. Quizá quiero parlotear contigo como si fuéramos niños y quisiera que vengas a jugar conmigo para seguir escribiendo, para contarte historias, para decir que te amo y que nos vayamos de una vez a soñar juntos, como aquella vez que te encontré sola, mirando al mar….

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=kkqOtkJfINQ